Eduardo Serrano Orejuela Colombia |
Potra de Nácar
La mujer más hermosa del mundo pasó a mi lado y yo le recité en homenaje:
-Ni nardos ni caracolas tienen el cutis tan fino, ni los cristales con luna relumbran con ese brillo.
Se volvió hacia mí, me examinó de arriba abajo como si no creyera en mi existencia y, sin que le temblara la voz, me dijo:
-Pero ni esta noche, ni nunca, correrás el mejor de los caminos, montado en esta potra de nácar, sin bridas y sin estribos.
Estupefacto, la vi alejarse para siempre, su negra cabellera flotando en el luminoso viento de la tarde. Desde entonces he renunciado a los piropos eruditos. La luz del entendimiento me hace ser muy comedido.
Y OLÉ!!! Orejas y rabo ja ja ja
La casada infiel
Y que yo me la lleve al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua me
sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la lleve del río.
Con el aire se batían las
espadas de los lirios.
Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
La regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.
Federico García Lorca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.