“Hacer alianzas con el PRI sería enviar un mensaje confuso a la ciudadanía. Buscamos alianzas que ayuden a desmantelar privilegios, abusos, excesos, corrupción, impunidad y fraude. El PRI está fuera de toda consideración”, argumentó Madero. Frase clave que estará bajo fuego en los próximos meses.
¿Por qué es importante, trascendente y hasta definitoria, en lo políticoelectoral, la declaración del dirigente panista rumbo a 2015, cuando estarán en juego nueve gubernaturas, así como la Asamblea en el DF y las delegaciones capitalinas? Veamos:
1) Contra lo que pudiera suponerse tras el apoyo que vía Pacto por México le dio Madero al gobierno federal y al PRI, el PAN desecha de un plumazo, con la declaración de su líder, una posible alianza electoral que el propio PRI alimentaba con fervor: la mancuerna PRI-PAN para el DF, buscando minar la innegable hegemonía del PRD. No habrá tal.
2) ¿Por qué el PRI anhelaba una alianza con el PAN en el DF? Por una razón poderosa: si bien tanto priismo como panismo son minorías políticas en la Ciudad de México, ya sabemos que la regla política establece que minorías sumadas en algún momento logran mayoría. El cálculo priista era apoderarse de tres o cuatro delegaciones en 2015, y preparar el terreno para el pastel mayor en 2018: la jefatura de Gobierno.
3) Para el PRI, el rechazo del PAN anunciado por Madero para aliarse electoralmente en 2015, es un mazazo en la nuca. ¿Por qué? Si bien el priismo pretende aprovechar el “efecto Peña” por las reformas, también saben que apenas hace dos años, Andrés Manuel López Obrador le ganó a Peña Nieto al dos por uno en el DF. La fuerza de AMLO —así lo indican los números— permanece prácticamente intacta. Para el PRI, junto a la nomenclatura perredista capitalina e incluso por encima de Miguel Ángel Mancera, es López Obrador el rival a vencer.
4) Con el veto de Madero a alianzas electorales y sin matrimonio político para luchar por el DF, ¿qué otra opción quedaría para ver una mancuerna PRI-PAN en 2015? Prácticamente ninguna.
5) Michoacán. Alianza con el PRI no, porque el PAN tiene una candidata fuerte: Luisa María Calderón, quien en 2011 se quedó a sólo tres puntos de ganar la gubernatura. La Cocoa debe repetir, sobre todo ante el desprestigio local del PRI tras los escándalos Fausto-Reyna-El Gerber Vallejo. El PRI ha comenzado a placear al líder de la Coparmex, el empresario Adrián Huerta Leal, como posible candidato para junio próximo. ¿Alianza michoacana PRI-PRD? Suena descabellado y hasta perverso, pero en política no hay imposibles. Y si Madero intenta desplazar a La Cocoa para imponer a Salvador Vega Casillas, equivaldría a darse un tiro en el pie.
6) Nuevo León. La disputa por la gubernatura será entre PRI y PAN. El PRD no pinta. Seguramente el candidato priista saldrá del centro: o el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo —uno de los hombres de Peña Nieto—, o la senadora Cristina Díaz, con más aparato publicitario y propagandístico que méritos políticos propios. Pero quien sea, enfrente tendrá a la favorita para ganar la gubernatura: la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes. Se espera una disputa cerrada.
7) Querétaro. El PAN tiene a un candidato viable: Francisco Pancho Domínguez, exalcalde de la capital y que se perfila con fuerza. Ricardo Anaya, el secretario general panista, nada más no crece. Allí tampoco necesita alianzas el PAN con el PRI.
8) ¿Y Campeche, Sonora, Colima, SLP, BCS y Guerrero? Hasta hoy, en ninguno hay condiciones para alianza PAN-PRI. Campeche y Colima son bastiones priistas sin necesidad del PAN. En Sonora estará fuerte el agarrón, con candidatos por separado, sobre todo tras el encono Gobernación-Guillermo Padrés. En Guerrero la pelea será entre PRI y PRD, con Armando Ríos Piter como carta fuerte de la izquierda. En SLP tampoco se vislumbran alianzas.
Menos de nueve meses nos separan de la elección intermedia de 2015 que será, a querer o no, un referéndum del gobierno de Peña Nieto.
Pero esa es otra historia que ya abordaremos en esta columna.
ARCHIVO CONFIDENCIAL
LOS CABOS. Tardía, la reacción federal para evitar saqueos, asaltos y despojos tras el paso del huracán Odile. La historia se repitió: 15 de septiembre de 2013, Manuel e Ingrid arrasaron Guerrero bajo la operación retardada del gobernador Ángel Aguirre y del apoyo central. Hoy, Odile exhibe nuevamente las carencias en cuanto a protección civil.
Twitter: @_martinmoreno
Leído en http://www.excelsior.com.mx/opinion/martin-moreno/2014/09/19/982475
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