Rubén Farías |
Buenos días melancolía
Dicen que cuando Dios hizo al mundo, una de las primeras cosas que le puso, fue la luz, y entonces cuando la luz se hizo, sorprendió dormida a la melancolía, que yacía en un rincón de la eternidad cansada de no servir para nada.
De inmediato el Señor se dirigió hacia ella y con mucho cuidado la despertó suavemente, la miró a los ojos con ternura y la puso a trabajar, no sin antes susurrarle al oído: "Buenos días melancolía"
Entonces yo ahora despierto, pero despierto solo de tan triste que estoy, sin darme cuenta se me cayo el corazón, partiéndose el pobre contra el piso en mil pedacitos.
Lo que me faltaba - Me dije apenado- Mientras me sujetaba con fuerzas la cabeza con ambas manos, terriblemente invadido por el temor, de que también, de un momento a otro se me desprendiera y cayera.
Pero tuve suerte en realidad y solo se me cayó una última y gorda lágrima que me quedaba en el fondo de lo ojos, y entonces pensé suspirando con resignación, que al menos no tenía espejos en la casa, que pudieran reflejar mi alma desolada.
Ni desde que te fuiste, tampoco unos ojos profundos y cristalinos donde mirarme por las mañanas, ni flores para ponerlas en el agua, ni el sonido de tu risa y encima ahora ni corazón tengo...
Por eso ahora que sigo de pie, después de tanto tiempo, frente a la puerta, con los brazos abiertos y extendidos por si vuelves y entras de improviso, pienso que si realmente lo haces, te vas a encontrar con un extraño sin corazón y de vuelta te marchitarías...
Este es el fin- Me dije- Salgo a la calle, de inmediato olvido la razón de mi salida, a continuación olvido donde estaba antes de salir y sé que pronto olvidaré que siempre la recordaba...
Despertaré por la mañana, ya no habrá tristeza, solo una imagen difusa a la que saludaré simplemente "Buenos días melancolía"
RUBÉN FARIAS
Leído en http://www.taringa.net/posts/arte/12600376/Cuentos-cortos-para-leer-en-el-colectico-4.HTML
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