miércoles, 1 de octubre de 2014

Sergio Sarmiento - Rebelión en el Poli

Yo me rebelo, por lo tanto existimos”.

Albert Camus

Miles de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional y simpatizantes de su movimiento se manifestaron ayer en el Paseo de la Reforma y otras calles de la Ciudad de México camino a Bucareli donde una delegación sería recibida por el secretario de Gobernación. Sus demandas incluían la abrogación del nuevo reglamento interno y la revisión de los nuevos planes de estudios, la “democratización” de las designaciones a puestos directivos, la destitución de la directora Yoloxóchitl Bustamante y la garantía de que no habrá represalias en contra de quienes han participado en las movilizaciones.

El que el secretario Miguel Ángel Osorio Chong haya recibido a los representantes del movimiento, y haya salido a decirles que les tendría una solución el próximo viernes, era indicativo de que el presidente Enrique Peña Nieto había ya decidido ceder. Si bien el IPN ya había tomado la decisión de suspender la aplicación del nuevo plan de estudios en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), parecía muy difícil que el reglamento o los planes pudieran mantenerse en ninguna escuela.








Los líderes no consideraban ya a la doctora Bustamante como interlocutora válida porque supuestamente ella los había descalificado al decir que el movimiento tenía mucha gente de fuera de la institución. Ante la decisión del gobierno de hacerla a un lado, la directora parece obligada a renunciar. Ayer se difundió la noticia, pero fue desmentida por la SEP. Supongo, sin embargo, que tarde o temprano será sacrificada por razones políticas como Francisco Barnés de Castro en la UNAM durante la huelga de 1999. No hay verdadera autonomía en estos casos ni en el IPN ni en la UNAM.


He escuchado los cuestionamientos de algunos estudiantes y maestros a los nuevos planes de estudio, pero no me considero capacitado para juzgar ni los unos ni los otros. Los directivos del Politécnico aseguran que todos los planes fueron preparados por especialistas y ratificados por los comités técnicos de las escuelas o carreras. La queja más recurrente en el movimiento es que las nuevas reglas reducen la especialización en carreras profesionales y las convierten en simples programas de preparación de técnicos. La doctora Bustamante me ha dicho que la afirmación es falsa y que, por el contrario, los planes de estudios fueron modificados para mejorarlos.

Por lo pronto el movimiento ha paralizado a cuando menos 34 de las 41 escuelas del Politécnico, aunque esto no significa que necesariamente todos los estudiantes estén de acuerdo con los paros. Los activistas cierran las escuelas e impiden el ingreso de maestros o alumnos que sí quieren enseñar o tomar clases. De lo que no hay duda es que el movimiento creció con rapidez y el gobierno federal, preocupado, prefirió saltarse a la directora general y negociar directamente con los líderes.

Me llama la atención que una de las quejas concretas del movimiento sea la introducción de los conceptos de “cultura empresarial” y “cultura emprendedora” al reglamento. Para los líderes esto significaría que la educación del Politécnico estará al servicio de las empresas y no de la nación. Me pregunto si preferirían que los egresados del IPN no fueran contratados por empresas privadas sino sólo por el gobierno. ¿Será su vocación la de ser burócratas antes que ingenieros? ¿O preferirán el desempleo?

No descarto que haya propuestas positivas en el movimiento, pero cada día de paro debilita al Politécnico y fortalece a las escuelas privadas. Me preocupa que se detenga una reforma que los propios comités técnicos del Politécnico consideraron un avance. Muy triste sería que por razones políticas se impidieran las mejoras académicas en la institución. Si algo nos dice la experiencia es que los movimientos de masas suelen ser reaccionarios aunque se presenten con un disfraz progresista.

Robar combustible
Ayer los normalistas de Oaxaca tomaron la caseta de Huitzo de la autopista a Puebla. Cobraron peaje a los automovilistas y robaron combustible a los transportistas. Ya ninguna autoridad se atreve a enfrentarse a ellos.




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