lunes, 8 de diciembre de 2014

María Verza - Cumbre en medio de la ira

Veintitres años después de que México viera nacer las cumbres iberoamericanas vuelve a acoger una en medio de una crisis social sin precedentes, la provocada por la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa en el estado de Guerrero hace dos meses y medio y que ha puesto de manifiesto los grandes males del país: violencia, corrupción e impunidad. Sin embargo, el presidente Enrique Peña Nieto intentará pasar de puntillas por el tema aunque el eje de la cita de los 22 estados que participan en la XXIV Cumbre entre hoy y mañana es, precisamente, la educación. 

Sus homólogos, previsiblemente le ayudarán, porque en este tipo de encuentros hay una especie de acuerdo tácito de no tocar temas de política interna, y porque desde su regreso al poder, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Peña Nieto ha intentado recuperar protagonismo e influencia en América Latina. Y no hay mejor ejemplo que la rectificación del mandatario uruguayo, José Mugica, cuando se dio cuenta que estuvo a punto de causar una crisis diplomática con una entrevista en la que calificaba a México de "Estado fallido" con los poderes "carcomidos" por la corrupción y donde la vida humana "vale menos que un perro"








Por tanto, la tónica general en Veracruz, como dijo la secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan, será confiar en el compromiso de México por esclarecer el caso Iguala mientras los jefes de Estado y Gobierno se esfuerzan en relanzar este foro para que suponga una integración iberoamericana más útil y concreta.

Enorme volatilidad social

La volatilidad social, sin embargo, es enorme, aunque el Gobierno mexicano llega a la Cumbre con una prueba que, según aseguró ayer el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, confirma que sus investigaciones van por el buen camino. Un mes después de que se enviaran a la universidad de Innsbruck, en Austria, 17 muestras de restos óseos humanos encontrados en un río cercano al basurero de Cocula, localidad a media hora de Iguala (donde desaparecie ron los 43 jóvenes) se ha confirmado que una de las muestras coincide con el ADN de uno de los estudiantes, Alexander Mora.
 
A juicio de Karam, la identificación "refuerza" la versión oficial que asegura que los jóvenes fueron detenidos por policías locales y entregados a miembros del cártel Guerreros Unidos,quienes los llevaron al basurero de Cocula, los mataron, los calcinaron en una gran hoguera, trituraron sus huesos, los metieron en bolsas y los echaron al río. "Y hay más evidencias que no voy a mencionar", añadió ayer el procurador en una breve declaración, intentando despejar las muchas dudas que todavía tienen las familias pese a los 80 detenidos que hay por el caso.
Pero la desconfianza se ha enquistado en muchos mexicanos. "Si piensan que con la coincidencia del ADN de uno vamos a quedarnos a llorar, se han equivocado", clamó el portavoz de los padres, Felipe de la Cruz, que dio el anuncio el sábado, antes que el fiscal, durante una manifestación en Ciudad de México. "¡No están solos, no están solos!", coreaba unánime la multitud al recibir la noticia.
Los que siguieron la protesta por las redes sociales, se encontraron en el Facebook de la escuela la misma noticia en voz del propio muerto. "Soy Alexander Mora Venancio. Soy uno de los 43 caídos del día 26 de septiembre en manos del narcogobierno. Hoy le confirmaron los peritos argentinos a mi padre que uno de los fragmentos de mis huesos encontrados me corresponden". A Alexander, campesino de la costa de Guerrero, le apodaban 'La Roca', por su fuerza y su perseverancia.
"Me siento orgulloso de ustedes que han levantado mi voz, el coraje y mi espíritu libertario. No dejen a mi padre solo con mi pesar, para él significo prácticamente todo, la esperanza, el orgullo, su esfuerzo, su trabajo y su dignidad".

Multitudinaria manifestación en apoyo de las familias

Y en la manifestación de Ciudad de México decenas de miles de ciudadanos de todo tipo intentaban garantizar a los padres ese apoyo con sus gritos, sus banderas de México de luto (en blanco y negro), sus consignas de justicia. "Desconocemos a este Gobierno", afirmó De la Cruz, por ser "insensible" y "corrupto". Los gritos de "¡Asesino, asesino!" y "¡Fuera Peña!" resonaban de fondo. "Si no hay navidades para nosotros no habrá navidades para Enrique Peña Nieto", añadió en un discurso más radical de lo habitual, cargado de acusaciones contra el presidente y ex gobernador Ángel Aguirre. 

La gran duda sigue siendo qué pasará ahora. Para las organizaciones de derechos humanos, lo fundamental es que el Gobierno no dé por cerrado el tema. "Hay una prueba irrefutable, es cierto, pero eso no significa que los 43 fueran llevados a Cocula y asesinados allí", explicó a EL MUNDO el director del Centro ProDH, Mario Patrón. "La PGR tiene deudas pendientes y sólo se podrá superar el dolor, como quiere Peña Nieto si hay verdad, justicia y reparación, algo que hoy no existe y que no se conseguirá con las medidas anunciadas por el presidente".

Comisión de Derechos Humanos

En enero llegarán los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que colaborarán en la investigación, pero Patrón insiste que Procuraduría debe aclarar los "profundos vínculos y contubernios" entre autoridades y crimen organizado, más allá del ex alcalde de Iguala (José Luis Abarca, presunto autor intelectual). O las omisiones del ejército que, pese a estar presente en la región y disponer de servicios de inteligencia, no pudo evitar la masacre. 

"Ayotzinapa es producto de la impunidad y lo que procede ahora es una agenda que asegure un punto de no retorno para México y ahí la cooperación internacional es prioritaria".
Por eso, las víctimas exigían el sábado "justicia real que abarque a todos los Abarcas de este país", como dijo el estudiante de Ayotzinapa, Omar García



Leído en http://www.elmundo.es/internacional/2014/12/08/5484bb4e22601d237d8b4578.html 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sean civilizados.