Leñero dejó la ingeniería civil que había estudiado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para entregarse a las letras. Hizo de guionista, escritor, novelista y dramaturgo. Pero fue, antes que nada, un periodista. “Tú escribe, sigue escribiendo, no te detengas; y tira, tira a la basura, también aprende a tirar a la basura”, era uno de los consejos que más valoraban sus alumnos en los talleres que impartía. “Es un maestro en todos los géneros”, lo llegó a definir Juan Villoro.
La noticia de su muerte ha caído en su natal Guadalajara, que justo estos días celebra su mayor cita cultural, la Feria Internacional del Libro, como un balde de agua fría. El maestro era octogenario, pero seguía siendo el maestro. Fue justo aquí, el 9 de junio de 1933, donde nació el autor de La voz adolorida, de Los albañiles. El guionista de Los de abajo. El dramaturgo de Los hijos de Sánchez. Un talento inagotable que se ha apagado hoy.
La revista Proceso, que fundó con Scherer una vez consumado el bloque de Excélsior, fue la que confirmó su muerte. Proceso, en los años que siguieron al golpe a la mítica redacción que había compartido Leñero, Scherer y otros tantos referentes del periodismo y literatura de México, se convirtió en una lectura obligatoria para enterarse de lo que sucedía en el país cuando el simple hecho de enterarse no era una tarea sencilla.
Alejandro Toledo, investigador y periodista, dijo de él, también en junio pasado al portal Sin Embargo: “Si en el Carlos Fuentes de La región más transparente vemos al país en que nos tocó vivir, en Leñero aparece el mexicano que nos tocó ser”.
Justo hace un año, el autor se negaba a recibir homenajes. Ponía de pretexto que siempre había sido tímido. Y decía que, además, no le gustaba cumplir años. "No lo voy a celebrar y ya se lo dije a todo el mundo. Uno puede celebrar publicar un libro y el acierto o la fortuna de los amigos y de la amistad, pero no debería hacerlo con los cumpleaños”. Hoy, en el día de su muerte, la mayor feria del libro en español del mundo, que se celebra en su tierra, en Guadalajara, lo recordará.
Otros guiones cinematograficos donde colaboro fueron
La ley de Herodes
1999
País: México
Director: Luis Estrada
Sinopsis
En 1949, durante el sexenio del presidente Miguel Alemán, el corrupto alcalde de San Pedro de los Saguaros es linchado y decapitado por los indígenas que habitan el lugar. Corren tiempos electorales y el gobernador no está dispuesto a ver peligrar su posición por un escándalo político, por lo que ordena a su secretario de gobierno, el licenciado López, que nombre un nuevo alcalde para San Pedro. López decide que el más indicado es Juan Vargas, un inofensivo y fiel miembro del partido que seguramente no será tan corrupto como su antecesor.
El crimen del padre Amaro
2002
País: México
Director: Carlos Carrera
Sinopsis
Amaro, un joven de 24 años recién ordenado sacerdote, llega a la parroquia del pequeño pueblo mexicano de Los Reyes para auxiliar en los servicios del templo al padre Benito. En el pueblo, el padre Amaro conoce a Amelia, una hermosa muchacha de 16 años. Poco a poco, el joven sacerdote se va dando cuenta de cosas que suceden en el pueblo relacionadas con los narcos de la región, encabezados por El Chato Aguilar.
El atentado
2010
País: México
Director: Jorge Fons
Sinopsis
La historia cuenta los hechos del atentado perpetrado en 1897 en contra de Porfirio Díaz, entonces presidente de México, que terminó en un acontecimiento fallido y patético ya que el agresor, Arnulfo Arroyo, se encontraba borracho, no encontró el arma que le dieron y fue atrapado de inmediato.
Cadena perpetua
1979
País: México
Director: Arturo Ripstein
Sinopsis
Javier Lira, "El Tarzán", es un ex-delincuente que trata de rehabilitarse trabajando como cobrador de un banco. Sus intentos por alejarse del crimen se ven frustrados cuando se topa con "Burro" Prieto, un policía extorsionador a quien conoce desde hace mucho tiempo.
Leído en http://cultura.elpais.com/cultura/2014/12/03/actualidad/1417631965_953488.html
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