Es difícil encontrar en México un
expediente tan patético como el del Partido Verde Ecologista de México.
Nomás en su nombre lleva tres mentiras:
1.- No es partido. Es una empresa privada cuyo presidente del Consejo de Administración es Jorge Emilio González Martínez, alias ‘El Niño Verde’.
2.- No es Verde, pues tiene y ha tenido
militantes y dirigentes que lo mismo acuden entusiasmados a apostar en
las peleas de gallos que mantienen especies animales en sus casas
particulares en condiciones impropias.
3.- Tampoco es Ecologista. Basta recoger
lo que piensan del PVEM los movimientos ambientalistas más prestigiados
de América y Europa: la descalificación es automática.
‘De México’ sí es… desafortunadamente.
La más reciente tropelía de ‘los verdes’
incluyó buscar escondrijos en la ley para publicitarse en el cine fuera
de los tiempos de campaña reglamentarios, violar el espíritu de la
equidad en la contienda democrática y mandar al diablo a las
instituciones cuando el Instituto Nacional Electoral le ordenó retirar
sus ‘Cineminutos’ que exhiben el único discurso que son capaces de
enarbolar: uno que dure 60 segundos… y lo diga alguien más.
El INE, en represalia, les impuso una multa ejemplar: 67 millones de pesos que ojalá no se caigan o rebajen en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
El INE, en represalia, les impuso una multa ejemplar: 67 millones de pesos que ojalá no se caigan o rebajen en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Con este episodio como la más reciente
exhibición de su desfachatez, es difícil encontrar en México un
expediente tan patético como el del PVEM. Es difícil, pero lo hay.
Todavía faltan tres años para las
campañas presidenciales y Andrés Manuel López Obrador ya está haciendo
trampa. Curioso, tratándose del candidato presidencial que con más
vehemencia se ha quejado de fraude electoral.
López Obrador ya se autodestapó. Es el
único político mexicano que ha anunciado que será candidato
presidencial. Es también el único que puede decirlo con esa seguridad
porque, como ‘El Niño Verde’, es dueño de un partido político. No
necesita competir por la candidatura de Morena.
Como el Verde con los ‘Cineminutos’,
López Obrador buscó escondrijos en la ley para publicitarse fuera de los
tiempos de campaña reglamentarios, violando el espíritu de equidad en
la contienda: aparece su imagen, hablando en todos los spots de Morena.
Ya empezó. Y nadie se ha apuntado para
pararlo. De esta manera, sólo en el primer semestre de este año, Andrés
Manuel López Obrador habrá aparecido en un millón 241 mil 400 anuncios
de 30 segundos en 2 mil 850 estaciones de radio y canales de televisión.
Según información oficial del INE, los
spots de AMLO estarán divididos aproximadamente de la siguiente manera:
205 mil 200 durante los 40 días de la precampaña para la elección de
junio (donde AMLO no es candidato), 615 mil en los 45 días de
intercampañas y 420 mil 600 durante los dos meses de campañas.
Y encima de todo, se dice víctima de triquiñuelas y cerco informativo.
Saciamorbos
Cuentan sus cercanos que ya no tiene el
vigor de antes pero mantiene su obsesión por ‘La Silla’. “Si llego o si
me dejan llegar”, repite una y otra vez.
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