Sus compañeros de gabinete se quejaban
mucho de él ante el presidente Peña Nieto. El mandatario les respondía
asintiendo con la cabeza, cerrando levemente los ojos, en el gesto de
quien quiere expresar resignación. Les explicaba que ya sabía del
problema, pero que quería mucho a ‘Chucho’.
Y conforme avanzaron los meses, más y
más secretarios de Estado e integrantes de su primer equipo le
expresaban que en la Procuraduría General de la República muchas cosas
estaban atoradas, y que ‘Chucho’, Jesús Murillo Karam, el procurador,
les decía que sí, que ya, que en eso estaba… pero nada.
Me lo confirmaron tres de los más
poderosos funcionarios del gobierno. Uno más, sin ser tan contundente,
lo dejó sugerido en la conversación. Incluso describieron que a últimas
fechas, en las reuniones de alto nivel el todavía procurador Murillo
buscaba recurrentemente el consejo de Tomás Zerón de Lucio, jefe de la
Agencia de Investigación Criminal, quien lucía más empapado de los
temas, más en control de los expedientes, que su propio jefe.
Quizá la edad… quizá la salud… quizá que
no avanzaba al ritmo que lo exigían sus colegas de gabinete en un
momento político en el que el gobierno federal demanda adrenalina,
empuje, para salir del descrédito, la sospecha y el pasmo. El presidente
Enrique Peña Nieto tomó la decisión desde hace varios días. La hizo
oficial el viernes por la tarde.
Para ese momento, la Procuraduría General de la República estaba prácticamente sin mandos.
El primero en irse fue Alfredo Castillo
Cervantes, que era subprocurador de Control Regional, Procedimientos
Penales y Amparo. No era secreta la pésima relación entre él y Murillo
Karam. Castillo hizo escala en la Procuraduría Federal del Consumidor
cuando renunció Humberto Benítez Treviño por el escándalo de ‘Lady
Profeco’ y de ahí se volvió comisionado para Michoacán, donde siguieron
las disputas entre ambos.
En esa Subprocuraduría lo reemplazó
Renato Sales Heredia, pero también abandonó el puesto para volverse zar
antisecuestro. Y en la recta final del año pasado llegó a encargarse de
ese despacho Rodrigo Archundia, que se movió desde la Subprocuraduría
Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, dejándola en
manos de Jorge Hugo Ruiz Reynaud, quien apenas fue relevado por Abraham
Eslava Arvizu.
Igualmente están sin cabeza la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales, en
la que fue nombrado Cleominio Zoreda Novelo, y la Subprocuraduría de
Derechos Humanos, Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad, que
fue inicialmente encomendada al panista Ricardo García Cervantes. La
subprocuradora Jurídica y de Asuntos Internacionales, Mariana Benítez,
por muchos años brazo derecho de Murillo Karam, ya está camino a una
diputación plurinominal por el PRI en su natal Oaxaca. Y el viernes el
propio procurador dejó el cargo.
Saciamorbos
Para la página oficial de la DEA, ‘El
Chapo’ y ‘El Viceroy’ siguen libres y armados. Quizá sepan algo que
nosotros no. Quizá lo del descuido y la burocracia es un mal común.
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