martes, 21 de abril de 2015

Eduardo Ruiz Healy - Fiesta frustrada

Me he casado tres veces y cada matrimonio lo celebré con amigos y familiares. La primera y la tercera vez con una cena, la segunda con una comida. Nadie me reprochó jamás que festejara mis matrimonios como se acostumbra en nuestro país.

Durante muchos años he asistido a eventos organizados para festejar la primeras o subsecuentes nupcias de decenas de hombres y mujeres; desde íntimas comidas en donde solo 25 personas nos hemos sentado alrededor de una mesa para brindar por la felicidad de la nueva pareja, hasta rumbosas fiestas en las cuales cientos de invitados han festejado durante horas la unión de dos personas que ese día iniciaron su vida conyugal.








Es costumbre muy antigua que cuando una pareja decide unir su vida por alguna ley, sea civil o religiosa, sus familiares y amigos festejen la ocasión.

Por todo lo anterior, no entiendo por qué el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, decidió no festejar de alguna manera su muy próximo matrimonio con su novia, la cantante, actriz y empresaria Anahí Puente Portilla.

La decisión de Velasco se conoció por medio de una carta que le envió el sábado pasado al director general editorial del periódico defeño Reforma, en donde escribió que: “Es falso que se vaya a realizar una recepción de 250 invitados de la política, la farándula y empresarios con motivo de mi boda; … mi prometida y un servidor hemos decidido llevar a cabo una ceremonia matrimonial sencilla donde no habrá ninguna recepción ni fiesta alguna luego de tres años de noviazgo; Es falso que vaya a haber luna de miel... pues mi agenda de trabajo como gobernador de Chiapas no me lo va a permitir”.

La carta fue la respuesta a una nota publicada el mismo sábado en Reforma bajo el título “Embellecen Catedral por boda de Velasco” y en ella el chiapaneco también aclaró que “El gobierno del estado no realiza ninguna remodelación en la Catedral de San Marcos en Tuxtla Gutiérrez como se afirma incorrectamente en título de la nota referida”.

Creo que, al decidir no festejar de alguna manera su boda, Velasco Coello reaccionó exageradamente a lo que publicó el mencionado diario. Nada de malo tiene que el nuevo matrimonio Velasco-Puente festeje su boda con 20, 50, 250, 500 o 5 mil invitados de su elección siempre y cuando en la fiesta no se utilice un solo centavo o recurso material o humano que pertenezcan al gobierno chiapaneco. Mientras los novios paguen su fiesta, nadie puede reclamarles nada. Y sí, la luna de miel puede esperar, por lo menos hasta después del 7 de junio.

Lo peor de todo este caso es que Reforma aseguró falsamente que los trabajos en la Catedral de San Marcos se deben a la boda del gobernador. Y digo falsamente porque la misma nota aclara que “fuentes de la Catedral de San Marcos afirman que los trabajos obedecen a las fiestas del santo patrono, que comenzaron ayer y concluyen el próximo sábado 25 de abril”. Cabe preguntarse porqué el periódico intituló la nota como lo hizo después de que las mismas autoridades eclesiásticas negaran que las obras fueran motivadas por el matrimonio de Velasco con Anahí. Si se trataba de frustrar los planes del gobernador y su novia, lo lograron. Eso no es periodismo.



. Twitter: @RuizHealy

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Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=304027


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