En diversos medios nacionales y extranjeros se dieron a conocer en días recientes hechos que serían propios de una película de terror. El miércoles pasado, en el diario español El País se publicó una nota de Jan Martínez Ahrens intitulada Cinco detenidos por la matanza de 150 personas en una cárcel de México. A continuación, algo de lo que anota el periodista: “En los desiertos del norte de México, detrás de los muros de la prisión estatal de Piedras Negras, se ocultaba un templo de la muerte. Un campo de exterminio al servicio del cártel de Los Zetas. Allí, ante el silencio de una autoridad sometida, esta organización criminal formada por adoradores de la Santa Muerte arrastraba a sus víctimas del exterior, las torturaba, despedazaba y eliminaba. Al menos 150 personas cayeron en ese túnel del horror que ahora, cuatro años después de su desaparición y tras las primeras detenciones, ha emergido a la luz.
“Ramón Burciaga Magallanes, El Maga, tenía el poder sobre la vida y la muerte en aquel infierno. Entre diciembre de 2009 y enero 2012, este convicto de mirada filosa fue el hombre del cártel de Los Zetas en la prisión norteña. Y como tal, su dueño. Pero no actuaba solo. Las órdenes de captura giradas por las autoridades de Coahuila incluyen a otros cuatro sospechosos.
“En el presidio de Piedras Negras… el dominio de Los Zetas traspasó cualquier límite. Detrás de sus muros, los secuestrados eran asesinados y troceados… Sus gritos debieron perderse entre los muros de hormigón. Nadie contestó, nadie movió un dedo. “A lo largo de seis años el centro penitenciario estuvo sometido a su control. Los presos zetas entraban y salían a su antojo. En su interior se ocultaban sus líderes cuando se sentían perseguidos por las fuerzas federales.
“Pasado el tiempo, el santuario criminal empezó a funcionar como centro de recepción de las víctimas de las células zetas que operaban en Coahuila. Dentro, según la reconstrucción policial, se les hacía desaparecer con ácido o fuego en tanques de acero. Los restos eran arrojados a 30 kilómetros de distancia, en las aguas del río San Rodrigo”.
¿Quiénes gobernaron Coahuila entre diciembre de 2009 y enero de 2012? Tres priistas: Humberto Moreira Valdés, del 1 de diciembre de 2005 al 4 de enero de 2011; Jorge Torres López, interino del 4 de enero de 2011 al 30 de noviembre del mismo año; y Rubén Moreira Valdés, hermano del primero, quien asumió el cargo el 1 de diciembre de 2011 y lo dejará el 30 de noviembre del año entrante.
¿Quiénes fueron los secretarios de Gobierno, responsables de la administración de las cárceles estatales de Coahuila durante estos tres años? De 2008 a 2011, Armando Luna Canales; en 2011, David Aguillón Rosales; de 2012 a 2015, nuevamente Luna Canales, quien curiosamente fue presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Coahuila de 2011 a 2012.
¿Los hermanos Moreira, Torres López, Luna y Aguillón, fueron responsabilizados de alguna manera por la muerte de 150 personas en la cárcel estatal de Piedras Negras? ¡Claro que no! Torres López ha sido acusado por su probable participación en delitos de peculado y lavado de dinero, pero no por los 150 muertos. Humberto Moreira ha sobrevivido diversos escándalos gracias al apoyo del régimen. De Aguillón se dice que es inmensamente rico y Luna fue un alto funcionario de Conagua durante la gestión del tristemente célebre de David Korenfeld y ahora es diputado federal.
Casos como estos se traducen en menos votos para el PRI y más para otros partidos.
Leído en http://www.criteriohidalgo.com/a-criterio/el-voto-y-la-corrupcion-de-los-funcionarios
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