jueves, 23 de junio de 2016

Germán Cuervo - Mi mujer

Germán Cuervo  ( 1950 )
Mi mujer

Mi mujer trabajaba en un banco. Yo escribía poesía y pintaba, es decir, no hacía nada. No me iba muy bien.

Pero ella envidiaba la vida que yo llevaba: tenía amigos y amigas artistas; siempre podía salir de farra y divertirme. Cuando ella llegaba de trabajar las diez horas reglamentarias más las cuatro horas reglamentarias de transporte, le notaba en su mirada, como en su cuerpo, un cansancio infinito.

Un día me dijo:

—Yo también voy a escribir poesía y pintar. Si eso que usted hace es poesía y esos mamarrachos son cuadros, yo también puedo hacerlo.

Dicho y hecho. Desde ese momento comenzó a engarabañar papeles. Yo apenas la miraba, aterrado. Pronto dejó el trabajo (ya no teníamos de qué vivir) y muy pronto comenzó a acostarse con mis amigos poetas y pintores. Yo no pude soportar tal situación. Terminé abandonando los pinceles, las musas y la casa, para tratar de olvidarme por completo de toda esa vida.

Ahora tengo un puesto de Super-perros calientes y empanadas en la avenida sexta. Trabajo por las noches. Me ha comenzado a ir mejor. Ella pasa con sus amigos de turno, borracha y trabada. Me muestra sus cuadros y me lee sus poemas cuando regresan de rumbear. Sus poemas no son malos pero no sé si son como de ella o como de otros, de los que andan con ella. Al amanecer les doy de comer, pues siempre andan hambrientos y sin dinero.

Lo malo fue que anoche me dijo que iba a poner un puesto de perros calientes frente al mío. Cuando me dijo esto se quedó mirándome raro, extrañamente maravillada; parecía que quería meterse dentro de mí. Ahora no sé qué hacer, ni a dónde irme.






Leído en https://lacanciondelasirena.wordpress.com/2016/01/25/mi-mujer-german-cuervo/



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