Robert J. Sternberg ( 1949 ) |
La criatura
Como era un planeta de arena muy fina, dorados acantilados, agua esmeralda y recursos nulos, los hombres decidieron transformarlo en centro turístico, sin pretender explotar su suelo, estéril por otra parte.
Los primeros desembarcaron en otoño. Edificaron algunos balnearios, y cuando llegó el verano pudieron recibir varios centenares de veraneantes. Arribaron, seiscientos cincuenta. Pasaron semanas encantadoras dorándose a los dos soles del planeta, extasiándose con su paisaje, su clima y la seguridad de que ese mundo carecía de insectos molestos o peces carnívoros.
Pero hacia el 26 de julio, de un solo golpe y al mismo tiempo, el planeta se tragó a todos los veraneantes. El planeta no poseía más forma de vida que la suya, era la única criatura viva en ese espacio. Y le gustaban los seres vivos, en particular los hombres. Sobre todo cuando estaban bronceados, pulidos por el viento y el verano, calientitos y cocidos.
Los hombres decidieron y la criatura comió
Leído en http://www.revistacienciasunam.com/es/141-revistas/revista-ciencias-6/1127-la-criatura.html
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