El problema es que si no gana, cómo van a explicar que la amplia favorita de la población no sea la candidata, sino alguien que no es visto como un aspirante popular.
A ese callejón podría llegar el PAN en caso de que la opinión de sus afiliados sea muy diferente al sentir de la ciudadanía en su conjunto.
Van a elegir al candidato presidencial del PAN sólo los que militan o son adherentes de ese partido, de acuerdo con lo que resolvió el viernes el Comité Nacional que encabeza Gustavo Madero.
Como partido democrático que es, el PAN optó por ese método de elección del candidato mediante votación de los integrantes del CEN. Ahí perdió la propuesta del Presidente del partido que sugería elección abierta a la ciudadanía.
¿Hubo cisma en el PAN porque Madero perdió una votación muy importante en el Comité Ejecutivo que encabeza?
Nada de eso. No se habló de renuncias ni hubo chantajes. Ahí hay un partido democrático, con madurez y civilidad.
Optaron por el método más sensato que pueda tener un partido político: que el candidato lo elijan ellos.
Abrir una elección interna a toda la población suena bonito y seguramente genera muchas simpatías en la sociedad. Sin embargo es una opción tramposa.
Es que el candidato presidencial de un partido lo deben elegir sus militantes y simpatizantes, y esa oferta partidista ganadora en la interna es la que luego ofrecen al conjunto de la sociedad que decide si la apoya o no.
Un partido es una corriente de opinión, y no un escaparate de almacén.
Puede darse el caso que los panistas opten por alguien que la ciudadanía no ve con buenos ojos. O que no despierte tantas simpatías como otro personaje de ese partido.
Sin embargo, en esta ocasión tal disyuntiva no parece estar en el horizonte de los blanquiazules.
La ventaja de Josefina en lugar de disminuir, crece.
Y crece en públicos que por su ocupación deberían estar con otro precandidato. Es el caso de los empresarios.
De acuerdo con la encuesta levantada por CNN-Expansión entre los 500 empresarios más importantes del país, Vázquez Mota tiene el 79.2 por ciento de las preferencias, contra 11.3 por ciento de Creel y 9.4 por ciento de Cordero.
Cordero y Creel podrán decir, y con razón, que esos sólo son grandes empresarios, por tanto una minoría en el mundo productivo. Falta por saber qué opinan los miles de industriales afiliados a Canacintra, por ejemplo.
Los votos, en efecto, se cuentan y no se pesan.
Pero al revisar las encuestas a la militancia y simpatizantes del PAN, la ventaja de Josefina sobre Creel es de 10 puntos. Y esos votos sí se van a contar.
¿Ya está decidido el panismo por Josefina? No. Pero casi.
Leído en : http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=95450
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