El trámite fue sencillo. La gente de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión lo invitó y él aceptó sin hacerse del rogar. Esta mañana, Andrés Manuel López Obrador expondrá sus ideas en el foro anual de la cámara.
Nada de extraño habría en el hecho, pues en los tres días del evento participarán los siete precandidatos. Ya lo hicieron, en orden alfabético, Manlio Fabio Beltrones, Ernesto Cordero, Santiago Creel y Marcelo Ebrard. Hoy, además del tabasqueño, lo harán Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota.
Lo noticioso es que, por primera vez en quién sabe cuánto tiempo (al menos desde julio de 2006), López Obrador aceptará sentarse con los representantes de lo que llama “mafia del poder”. Y el brazo más poderoso de esa mafia, ha repetido ad náuseam, lo forman la televisión y la radio.
A pesar de que es un encuentro a puerta cerrada, se conocerá lo que diga el precandidato de las izquierdas. Sabremos si insiste en pintarse de guerra y apostar a que el insulto a los “medios corruptos” le dará dividendos, o si, en verdad, está en marcha el tránsito del López Obrador rabioso e impotente, a un personaje que, en vez de convencerse a sí y a los suyos, saldrá a persuadir a las voluntades que hoy no tendrían motivo ninguno para apreciarlo, admirarlo.
No creo que ocurra lo uno ni lo otro, porque López Obrador no ha terminado de trabajar a su personaje 2012. Pienso que repetirá sin vehemencia los lugares comunes, soltará algún adjetivo y esbozará la figura de un candidato maduro que va dejando atrás los enconos electoralmente estériles.
Como sea, siempre será significativo que Jesucristo se meta al reino de Herodes. Con o sin piedras que arrojar.
Lo mismo en http://impreso.milenio.com/node/9047255
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