martes, 15 de noviembre de 2011

La Cocoa no sabe perder. por Ciro Gómez Leyva


En los últimos días de la campaña entrevisté a la candidata del PAN al gobierno de Michoacán, Luisa María La Cocoa Calderón, y al presidente del partido en la entidad, Germán Tena. Días en que las encuestas los perfilaban como triunfadores. Les pregunté si tendrían representantes en todas las casillas. Respondieron que sí. Y ninguno puso énfasis en el crimen organizado.
Pues, bien: La Cocoa perdió. O eso al menos deduzco si el PREP la pone 2.7 puntos y 43 mil votos abajo del adversario priista, Fausto Vallejo. Pero ella no lo acepta. Ella tampoco saber perder.
Es perfectamente comprensible que pida unas horas para que el cómputo distrital confirme los números del PREP. Y puede entenderse que anuncie la impugnación de 10 por ciento de las casillas, “que son cerca de 260 mil votos”. Pero lo que suena muy cuesta arriba es la frase de que “en algunas zonas, grupos delictivos tomaron el control de las casillas, de las carreteras, de quién podía y quién no podía votar, y violentaron el derecho a votar libremente de muchos ciudadanos”.
La Cocoa insinuó las regiones violentas donde el fraude le habría hecho la chamba al PRI. Pero un primer análisis indica que eso no es numéricamente cierto. Fausto Vallejo le gana por 50 mil 500 votos en los diez municipios más poblados (entre ellos Morelia, Uruapan, Zamora y La Piedad), y por sólo 20 mil en losviolentos. ¿Dónde está el fraude?
Luisa María elevó los números del PAN a un punto jamás visto en Michoacán. Fue una gran candidata. Pero en vez de capitalizar lo obtenido, su primera respuesta fue sembrar la sospecha, decir, literalmente, que la mafia le robó la elección.
Como el clásico de 2006.

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