La demanda de la decembrina apropiación de calles que desquicia a cientos de miles de ciudadanos y daña groseramente a un centenar de pequeños comercios tiene que ver con acciones de vivienda y caminos rurales. Pero, lo hemos visto desde octubre de 2008, la reivindicación es lo de menos. Antorcha viene por dinero público. Presiona, extorsiona y al final se va con algo. Y, obvio, sin reparar daño ninguno.
¿Qué opinión te merece esto?, le pregunto a Enrique Peña Nieto, orador central más de una vez en los actos monumentales de Antorcha, grupo filopriísta.
-Estoy totalmente en contra de que una protesta, o la gestión de una causa, lleve a afectar derechos de terceros –responde en lo que parecía ser una afirmación sensata, pero de inmediato dice que deben respetarse también los derechos de expresión y manifestación.
-No hay ningún derecho para apropiarse de calles –trato de reencauzar la pregunta.
-Totalmente de acuerdo, en ese tema no discuto –repite, pero regresa al punto del derecho a expresarse y manifestarse.
-Estoy totalmente en contra de que una protesta, o la gestión de una causa, lleve a afectar derechos de terceros –responde en lo que parecía ser una afirmación sensata, pero de inmediato dice que deben respetarse también los derechos de expresión y manifestación.
-No hay ningún derecho para apropiarse de calles –trato de reencauzar la pregunta.
-Totalmente de acuerdo, en ese tema no discuto –repite, pero regresa al punto del derecho a expresarse y manifestarse.
Insisto, insiste. Peña Nieto trae un guión. Que no se diga después que lo malinterpreté. Porque nada tienen que ver la libertad de manifestación con la toma de calles.
Por lo demás, doy por descontado que Antorcha le organizará un formidable acto de campaña. En abril, mayo, junio.
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