Hay una pregunta en el ejercicio mensual de medición de opinión pública que hace Consulta, que dirige Roy Campos, cuya respuesta es mortal para las aspiraciones de Ernesto Cordero: ¿Quién le gustaría que fuera el próximo presidente? El ex secretario de Hacienda nunca ha tocado el 1 por ciento.
Y podrá argumentar hasta cansarse que las encuestas y los encuestadores no saben medir el ánimo de los panistas, pero yo le voy a apostar a Roy —y al resto de los encuestadores. Creo que Cordero es un buen funcionario público, con capacidades suficientes para gobernar el país, pero es un candidato hechizo, un político que no prendió.
Si no sucede algo rarísimo, es la hora de Josefina.
La hora que Josefina nos diga quién es.
Josefina Vázquez Mota ha nadado de muertito, ha ganado casi por default.
Le ha sido suficiente estar ahí. Saludar, sonreír, decir un par de abstracciones, un par de referencias un poco cursis, volver a sonreír, un par de abrazos, muchos saludos y muchas sonrisas.
Muchos se preguntan si los mexicanos votarán por una mujer para que sea su presidenta; por lo pronto sí sé que ser mujer no es suficiente; aunque a veces eso parece con Vázquez Mota.
Cuando sea candidata y arranque la campaña se enfrentará a dos candidatos que manejan datos, tienen ideas concretas sobre política pública. Peña Nieto ha puesto sobre la mesa una idea sobre cómo hacer a la iniciativa privada participar en Pemex o la cobertura universal de la seguridad social, por ejemplo; López Obrador tiene detallados programas e iniciativas para más de una docena de asuntos de la vida nacional.
Malos, buenos, regulares —esa es la discusión que tendremos de aquí a julio—, pero sus adversarios han hecho planteamientos.
¿Qué país quiere Josefina?
Esta semana la aspirante hizo ajustes en su equipo de campaña, el más relevante el de Roberto Gil como coordinador general.
Veremos pronto si la llegada de Gil imprime a la campaña de la ex secretaria de Educación contenidos que hasta hoy no ha tenido.
Me encuentro en la web que su propuesta “la construiremos todos”.
Cito: Nuestro proceso de construcción de Propuesta es un Proceso de Diseño Dialógico Estructurado; es decir, como un proceso en el cual, el diseño de la visión de país y de las líneas estratégicas de política pública y programas son el resultado de un diálogo sistematizado entre expertos, representantes de los sectores, académicos, funcionarios públicos, políticos, todos ellos en su condición ciudadana, en cada uno de los ejes temáticos definidos en la Propuesta.
¿Qué piensa Josefina? ¿En qué cree? ¿Qué propone?
La sonrisa, la ambigüedad y el lenguaje empalagoso ya rindieron.
No alcanza para julio.
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