Gibrán Jalil Gibrán (1883-1931) |
Una noche, a orillas del Nilo, una hiena se encontró con un cocodrilo.
Ambos se detuvieron y se saludaron.
La hiena dijo:
-¿Cómo vas pasando el día, Señor?
-Muy mal -respondió el cocodrilo-.
A veces, en mi dolor y tristeza, lloro. Y entonces las criaturas dicen: "Son lágrimas de cocodrilo". Y eso me hiere mucho más de lo que podría contar.
Entonces la hiena dijo:
-Hablas de tu dolor y de tu tristeza, pero, piensa por un momento en mí. Contemplo la belleza del mundo, sus maravillas y sus milagros y, llena de alegría, río, como ríen los días.
Y los pobladores de la selva dicen: "No es sino la risa de una hiena".
Leído en: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/otras/gibran/lagrimas.htm
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