El 21 de marzo planteé aquí, con base en la primera serie de spots de los candidatos presidenciales, que si esa era su propuesta propagandística, Enrique Peña Nieto los haría pedazos.
Comenzaron a transmitirse los spots y, en la encuesta diaria Milenio-GEA/ISA, la ventaja de Peña Nieto sobre Josefina Vázquez Mota prácticamente se duplicó. Lógico. Las piezas del priísta eran muy superiores en calidad de producción y realización; en foco, mensaje y personaje.
El equipo de Josefina había cometido el grave error de presentar a la candidata a oscuras, demacrada, hablando de generalidades. La oferta se reducía a que se trataba de una mujer con liderazgo que quería “construir un México diferente”. Con eso pensaban remontar.
Fue un desastre. Que su war room diga misa, pero ahí se les fugó Peña Nieto, quizá para siempre. La culpa es de ellos. Aunque digan misa.
Les tomó tres semanas comprenderlo y enmendarlo, y ahora, con una desventaja de 28 puntos, vienen con el cuchillo entre los dientes a descubrir que Peña Nieto es un mentiroso que no cumple lo que promete. Nada obtuvieron por el lado de la persuasión. Así es que, como en 2006, llegó la hora de bajar al puntero a madrazo limpio.
Suena lógico y quizá les resulté. No estoy seguro, sin embargo, que los hipotéticos puntos que le logren tumbar a Peña Nieto vayan a parar en la canasta de Josefina y no en la de Andrés Manuel López Obrador.
Pero, en fin, hay un sabor amargo en esta embestida blanquiazul, en la “guerra sucia” 2012. Porque luego de dos sexenios en la Presidencia de la República, el PAN y su candidata no puedan echar mano de otra cosa que no sean… los madrazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.