Destaca por su profunda y extendida mala fama Juan Molinar Horcasitas, quien se ha especializado en cumplir encargos pinoleros turbios. Su punto más alto de impopularidad (por usar un término suave) se relaciona con el caso de la guardería ABC, pero en términos generales el ex director general del ISSSTE se mueve entre los subterráneos políticos y la discursiva cínica con la que busca justificar las peores andanzas del régimen al que sirve. Calderón suele enviarlo como cuña, provocador, desestabilizador o avanzada, siempre implicado en planes que conllevan intenciones ocultas. Su sola inserción en el equipo de la cándida Chepina y su equipo de campaña desfondado revela con claridad la indefensión de Vázquez Mota y la persistencia de malos pensamientos relevistas en el ánimo del acechante Felipe. Si Josefina tuviera fuerza, y pudiera tomar decisiones por sí misma, ¿incluiría en estos momentos en su equipo a alguien como Molinar, que le acarrea tantos “negativos” (como dicen ahora) y asocia su campaña con la injusticia histórica, inolvidable, del ABC, de la impunidad de la familia de Margarita Zavala, de las complicidades de élite?
Otro de los “refuerzos” envenenados es el primer compadre del sexenio, el senador Guillermo Anaya que nunca ha podido entregar buenas cuentas a su protector pinolero: En Coahuila el PAN fue borrado en varias elecciones por los hermanos Moreira a pesar de todo el apoyo económico, político, militar y policiaco federal que el poder central puso a disposición del mencionado Anaya, a uno de cuyos descendientes llevó a la pila bautismal en 2006 quien entonces se ostentaba como presidente electo. Buena parte de la terrible desgracia cotidiana que viven los coahuilenses en materia de violencia por narcotráfico , sobre todo en Torreón, proviene del enfrentamiento de cárteles políticos: Uno auspiciado desde el centro, otro afianzado en lo local. En varias ocasiones los estallidos de la “guerra” han coincidido en la agenda coahuilense con las necesidades, planes, berrinches y odios correspondientes a lo político y partidista.
Y cierra la tercia de fieros subordinados de Felipe Calderón el encuestador de cabecera, Rafael Giménez, quien deja oficialmente su cargo en Los Pinos para dedicarse a trabajar abiertamente con Vázquez Mota. Otro personaje felipista en curso de incorporarse al equipo de JVM es Max Cortázar, en el área de comunicación social. Recuérdese que el principal vocero de la campaña es Javier Lozano, quien fue secretario del trabajo. Y que el “coordinador general”, Roberto Gil, fue secretario particular de FCH, a quien dedicó en meses pasados uno de los discursos de mayor lambisconería que se han escuchado. Es decir, para “fortalecer” al josefinismo se le incrustan personajes que no le guardan fidelidad, que pelearon en su contra (apoyando a Ernesto Cordero) y que están prestos a obedecer las instrucciones precisas que reciban de su verdadero jefe, Calderón, y no de la candidata en jaque que hoy dará a conocer otros nombramientos, que tomó la importantísima decisión personal de que su coordinador de campaña, Gil, ahora sea llamado “Jefe de Gabinete”, y que ayer, ante las insistentes versiones de que le harán renunciar a su postulación tuvo que hablar del tema sin atreverse a mencionarlo expresamente: “No he contemplado ningún escenario distinto al de seguir adelante”.
En una parte de su promesa ha cumplido Vázquez Mota: Han seguido adelante las pifias que parecerían increíbles en el equipo de campaña de la candidata presidencial del partido en el poder. Ayer, en un primer envío de prensa, que más tarde fue corregido, se anunciaba una visita de JosefinABC a “Tlazcala”, y se daba a conocer una agenda de trabajo con referencias equivocadas de calendario, citando días con una numeración con 24 horas de adelanto.
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