Faltan 26 días para celebrar el Día del Padre, estamos a muy buen tiempo para organizar un homenaje nacional al que considero el mejor padre de familia del país: Carlos Romero Deschamps. Un hombre que en aras de proporcionarles a sus hijos ciertas comodidades y uno que otro lujo ha soportado la maledicencia y se ha expuesto a la calumnia. Y es que: ¿qué no hará uno por sus hijos?
Antes de exponer los argumentos que le dan sustento al homenaje que propongo deseo advertir que los méritos de este hombre como padre están contemplados desde el punto de vista hedonista y utilitario. Porque hay cientos de padres que sacrifican su comodidad con el fin de tener dinero suficiente para que sus hijos vayan a un buen colegio. ¿Quién no ha sabido de padres que se quitan el pan de la boca para dárselo a sus vástagos? Estos casos, a fuerza de ser tan comunes, han perdido la categoría de acontecimientos ejemplares para convertirse en rutinas ramplonas.
En cambio, ser motorista de Pemex con un sueldo mensual de 24,633 pesos, prestaciones incluidas y poder comprarle a tu hijo un Ferrari Enzo, el auto más caro del mundo y tener recursos para que tu hija viaje por el mundo y compre en las mejores tiendas, eso sí es una hazaña digna de ser llevada a un monumento.
No soy tan ingenuo como para pensar que con su sueldo de motorista el señor Romero Deschamps hace milagros económicos y administrativos para darle tan buena vida a lo suyos. Si esto pensara no lo propondría como el padre del año, sino como Secretario de Hacienda a perpetuidad.
Desde luego que estoy enterado de que el señor no sólo tiene su sueldo de motorista en la paraestatal. Desde 1993 es el Secretario General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.
Supongo que don Carlos -el don es el tratamiento de respeto y sumisión con el que en nuestro democrático país se trata a los líderes obreros- por el cargo sindical que tiene debe de gozar de alguna compensación económica. Ignoro de cuánto sea ésta. Lo ignoramos todos en el país.
¿Cuánto podrá ganar como Secretario General del Sindicato para que en 19 años haya acumulado una fortuna digna de un jeque árabe?
Son muchas las transas surgidas en el Sindicato que preside Romero Dechamps, la más paradigmática de éstas es el Pemexgate. El lector recordará que el director de Pemex, Rogelio Montemayor Seguy, y Romero Deschamps desviaron 1,500 millones de pesos de la paraestatal para transferir 640 millones a la campaña presidencial de Francisco Labastida. Parafraseando al clásico: Desvía que algo queda. Este asunto nadie ha podido o nadie se ha atrevido a aclarar y poner a los culpables tras las rejas.
El enriquecimiento de los líderes sindicales en México es proverbial e indignante la impunidad de la que gozan. Romero Deschamps no es la excepción. El chantaje de los líderes sindicales durante la firma de contratos y las concesiones que para su beneficio particular resultan de éstos son tradicionales y forman la piedra angular de la corrupción mexicana proveniente del PRI.
Después de 12 años de panismo en el ámbito sindical todo sigue igual, tal vez hasta peor, porque en el tiempo del PRI los líderes estaban bajo las órdenes del Presidente en turno y sus órdenes las cumplían al pie de la letra. A los presidentes surgidos del panismo ni los pelan ni les temen. Vicente Fox y Felipe Calderón no han tocado a un líder sindical corrupto ni siquiera con el pétalo de una orden de aprehensión.
El Indomable
El 13 de abril del 2010, en su columna “Historias de reportero” en el periódico El Universal, escribió Carlos Loret de Mola: “Un Ferrari Enzo rojo se detiene frente a las puertas del Smith & Wollensky, uno de los restaurantes de carnes más famosos y cotizados de Miami. Lo recibe el valet parking, y para darle todavía más nivel al establecimiento, lo deja estacionado a un lado de la puerta. -¿De quién es el Ferrari?, pregunta el siguiente comensal, que llega en una automóvil mucho menos caro. -Es del dueño de Pemex. Oficialmente Pemex no tiene dueño. O en todo caso es de 107 millones de mexicanos. En una mala interpretación se podría confundir a su Director General como propietario, pero tampoco. El Ferrari Enzo rojo, valuado en el equivalente a 7 millones de dólares, pertenece al hijo de Carlos Romero Deschamps, secretario general del sindicato petrolero: ‘el dueño de Pemex’, deducen en Miami”.
El pasado sábado, el periódico Reforma publicó la manera de vivir de Paulina Romero Deschamps Durán, hija del precitado líder y ejemplar padre de familia. En su perfil de Facebook, donde aparece como Pauli Rod, la joven presume de la agitada y sofisticada vida social que lleva. Ella viaja por todo el mundo en aviones comerciales o en jets privados. Se hospeda en hoteles cinco estrellas acompañada de sus mascotas, tres perros de raza bulldog: Boli, Morgancita y Keiko -original nombre para una ballena-.
A Pauli le encantan las bolsas Hermes de miles de dólares, en plan de broma las llama “sus bolsas del Superama” -juar, juar, juar-. La bolsa Birkin de esta marca, en piel de becerro con herrajes dorados, tiene un precio de 12,000 dólares. (Aproximadamente 118 barriles de petróleo -mezcla mexicana- a los precios actuales). Conforme uno lee el reportaje se entera que la señorita Rod es altamente proclive a las bolsas -¿acaso tendrá eso que ver con el hecho de que su padre sea líder obrero y éstos, por lo general, se la pasan de bolsas?-. En una fotografía, informa el periódico, muestra un bolso Louis Vuitton Lockit PM Suhali, edición limitada, que tuvo un precio de lanzamiento de 51,500 pesos.
Pero no piense usted que la clasista Paulina sólo es afecta a la frivolidad y a tomar en algunos restaurantes que visita vino tinto Vega Sicilia de 10,000 pesos la botella. No. Pauli también se interesa por la cultura. Un ejemplo: el 11 de noviembre del 2010 la señorita Romero Deschamps se fotografió en la Plaza Roja de Moscú frente a la Catedral de San Basilio, exhibió la imagen en su página y escribió: “Tan perfecto como un escenario de Disney”.
Para presumir de manera completa en Facebook el estilo de vida al que gracias al sacrificio de su padre, Pauli Rod tiene acceso, no podían faltar las imágenes del departamento que la familia posee en Cancún con un valor de 1 millón 400,000 dólares y el yate bautizado como El Indomable, que cuesta 1 millón 500,000 dólares
Obviamente si usted busca hoy la página de Facebook de la señorita Paulina Romero Deschamps Durán, alias Pauli Rod, no va a encontrar nada, pues ésta fue cancelada. No le conviene a la imagen de un líder obrero, que además está en el lugar número 7 como plurinominal para ser Senador, que se sepa de la vida frívola y de alto costo que lleva su hija y, sobre todo, que la gente se pregunte de dónde salieron los recursos para tal dispendio.
El homenaje
Sugiero como tributo que por su gran calidad de padre merece don Carlos Romero Deschamps que se erija un gran monumento en su honor: su figura caricaturizada como un ratón con antifaz chupando con un popote el contenido de un barril de petróleo con bolsas -estas sí del Superama- llenas de billetes que les da a sus hijos.
El sitio donde puede ubicarse la estatua sería detrás del flamante y reinaugurado Monumento a la Madre. La ubicación no es por tratarse de un monumento dedicado a un padre, sino para que la gente se oriente y sepa que detrás del Monumento a la Madre está el dedicado a la poca madre.
A estas alturas de lo escrito, el lector se preguntará cómo es que después de todo lo que he revelado y opinado sobre las pillerías de Carlos Romero Deschamps sugiera yo hacerle un homenaje. Que conste que lo advertí desde un principio, el homenaje que sugiero hay que brindarle es como padre de familia, no como líder sindical, mucho menos como motorista -cualquier cosa que esto sea- de Pemex.
Justifico el homenaje porque el hombre que por sus evidentemente deshonestos manejos sindicales es digno de recibir una mentada de madre de 107 millones de mexicanos al unísono, como padre de familia es admirable. Si alguien lo duda pregúntenselo a sus hijos.
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