Aunque Gordillo se vista de Quadri, Gordillo se queda. Así resumiría uno de los engaños más escandalosos de esta elección.
Gabriel Quadri es un tipo articulado y elocuente, con una interesante agenda de políticas públicas que podríamos caracterizar como liberal. Si no fuera porque es el candidato del Partido Nueva Alianza, yo consideraría votar por él. No lo voy a hacer porque su candidatura es una mentira. Una trampa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y Elba Esther Gordillo. La realidad es que el Panal representa a esta organización y su líder vitalicia. Lo de Quadri es una fachada para esconder el verdadero interés del sindicato y la maestra: la defensa de privilegios groseros, como la venta o herencia de las plazas de maestros o el rechazo a una evaluación universal de los docentes, prácticas que han hecho que México tenga uno de los peores sistemas educativos del mundo.
Elba Esther Gordillo es una maestra del engaño. Por un lado se posiciona como reformista. En los años 90 participó en el Grupo San Ángel, que pretendía democratizar al país. En el sexenio pasado, a pesar de pertenecer en ese entonces al PRI, apoyó al primer Presidente panista. Estos años su discurso ha sido a favor de la modernización de México, incluida la transformación del sistema educativo. Pero, por otro lado, sus acciones siempre han estado encaminadas a fortalecer su poder dentro y fuera del SNTE con prácticas que, lejos de ser democráticas o reformistas, han consolidado la corrupción y el corporativismo, características del régimen autoritario pasado. Una cosa es lo que dice Gordillo y otra lo que hace. Es una política que sabe darle a la mentira una apariencia de verdad.
Parte de su estrategia para consolidar su poder político durante el sexenio pasado fue fundar un nuevo partido: Nueva Alianza. Para ello utilizó a dos jóvenes promesas de la política mexicana: Alberto Cinta y Miguel Ángel Jiménez. Les vendió la idea de formar un partido de jóvenes con ideas liberales. Ellos, muy entusiasmados, le creyeron. Más pronto que tarde se dieron cuenta de la realidad: la verdadera jefa del partido, sin ninguna pretensión democrática, era la maestra, quien fijaba la línea partidista y designaba a los candidatos del Panal. Decepcionados, Cinta y Jiménez abandonaron el partido. El primero se fue al Verde. El segundo se alió con el PAN calderonista.
En la elección presidencial pasada, Gordillo utilizó también a su dizque amigo Roberto Campa. Lo nombró candidato a la Presidencia del Panal para, a final del día, dejarlo colgado de la brocha. Este partido públicamente pidió que el electorado le diera uno de los tres votos en la elección federal (presidente, senadores, diputados) para obtener el 2% de la votación nacional que se necesita a fin de mantener el registro del partido. Mientras que el Panal obtuvo 4.5% de los votos para diputados, Campa ni siquiera llegó al uno por ciento. Luego, gracias a la maestra, al ex candidato presidencial le dieron un huesito en la administración calderonista, aunque rápidamente pasó al olvido. Así terminó la carrera de un político con potencial que se equivocó al aliarse con la maestra.
Y es que así trata Gordillo a personajes ambiciosos e ingenuos que se creen su discurso reformista: los manipula como títeres. Lo mismo está haciendo con Quadri. Lo está dejando jugar a candidato presidencial. Y Gabriel, fascinado por estar en el candelero, lo está disfrutando como niño con juguete nuevo. Él dice que Gordillo no está involucrada en su campaña. Pobre iluso. No se da cuenta, o no se quiere dar cuenta, de que lo están utilizando para ponerle una cara bonita a un partido impresentable.
Ahí está, pues, Quadri con su ingeniosa combi, su discurso elocuente y sus buenas propuestas, jugando a hacerse el importante. Si le va bien y consigue el 2%, le habrá hecho un gran servicio al SNTE y a la maestra Gordillo. Seguramente le pondrán una estrellita en la frente para luego, como lo ha hecho Elba Esther con tantos ilusos que han estado bajo su égida, darle una patada en el trasero.
Es increíble que un tipo supuestamente inteligente como Quadri haya aceptado la oferta de representar al partido de la maestra Gordillo. Hubiera platicado con Cinta, Jiménez o Campa antes de tomar la decisión para enterarse de cómo la líder del SNTE utiliza a las personas igual que kleenex. En este caso le está poniendo una cara bonita al Panal para engañar al electorado. Desgraciadamente habrá votantes que caerán en la trampa: votarán por Quadri sufragando, en última instancia, por mantener o incluso fortalecer el poder del SNTE y de su líder vitalicia.
Al terminar la campaña, Quadri, que no sabe en lo que se metió, podrá sacar su guitarra y cantar al pie de la combi algunas estrofas de “Gavilán o paloma” de José José: “Esa noche entre tus brazos caí en la trampa. Cazaste al aprendiz de seductor. Y me diste de comer sobre tu palma, haciéndome tu humilde servidor […] Pobre tonto, ingenuo charlatán. Que fui paloma por querer ser gavilán”.
Leído en http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&seccion=opinion&cat=11&id_nota=832206
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