En la primera parte, manifesté, con fundamentos, que se trata de un movimiento “fabricado” y con engaños a un grupo de estudiantes de la Ibero. Que ha crecido aceleradamente y se ha ido contaminando. al incorporarse algunas de las organizaciones más censurables de nuestra sociedad. Las características más importantes de dicho movimiento son: su manifiesta ignorancia de nuestra historia y sobre la situación actual, superadas, con creces, por su soberbia y menosprecio a los derechos de terceros. En la segunda parte, expuse su desconocimiento de las causas reales de las principales inconformidades planteadas por ellos a EPN, durante la visita a su plantel. En esta parte, empezaré a tratar lo absurdo de la mayoría de sus propuestas, poniendo en evidencia su inmadurez política, confusión de ideas y sobre cuales son realmente sus propósitos, aparte, desde luego, de ir en contra de EPN. Aunque varios de los puntos que trataré ya han sido ampliamente analizados, probablemente, no han logrado el impacto adecuado, debido a la verdadera avalancha de artículos en donde se les ensalza, de manera exagerada, augurándoles una gran influencia en erradicar parte de nuestros graves problemas como nación, considerando como la llave mágica para obtenerlo: solamente, su juventud.
Aunque los han
convencido de que el retorno del PRI, sería el equivalente a permitir el
regreso de un régimen “autoritario” (habiendo
ya expuesto lo absurdo de ello, en la segunda parte de mi escrito), en
algunas de sus propuestas se refleja el interés de que así fuera el gobierno en
nuestro futuro, como, por ejemplo, su insistencia en la transmisión del segundo
debate (que ya transcurrió) en cadena
nacional, siendo, precisamente ésta, una de las características de un régimen
autoritario y, únicamente, les recordaría que las cadenas nacionales de radio y
televisión eran muy comunes en nuestro país, en los tiempos del viejo PRI,
cuyos presidentes ordenaban el enlace obligatorio de todas las emisoras del
país, en los días de los informes presidenciales y en otros momentos,
considerados importantes por ellos, para obligar a la población a fijarse en
sus actividades. Afortunadamente, eso ya pasó a la historia, al contar todos
los ciudadanos con el derecho a decidir la programación de su agrado y, si no
les interesara la transmisión de un debate pues, muy su gusto. Aunque, lo
concedido por las dos televisoras que dominan este campo, sí fue, en gran
parte, una respuesta indirecta a sus demandas y se logró interesar a 25 millones de ciudadanos a sintonizar y seguir
atentamente los pormenores de este evento (según cifra proporcionada por Denise
Maerker, en Tercer Grado), dicha cantidad fue menor a la registrada en un
debate anterior, en donde participaron Vicente Fox, Francisco Labastida y Cuauhtémoc
Cárdenas (según explicó también la misma comunicadora), demostrando con esto
que prevalece el interés particular de los ciudadanos sobre las facilidades (o
imposiciones) de recepción, por consiguiente, si se tratara de aumentarlo, en
relación con nuestra situación política,
lo conducente sería motivarlos, por medio de una campaña dirigida a este fin, y
no el tratar de obligarlos, contra su voluntad, a seguir los pormenores de un
debate. Hasta aquí sobre este tema, en el cual habría mucho más que agregar pero,
en estos últimos días, han surgido varios acontecimientos de mayor trascendencia
y gravedad para el día de las elecciones presidenciales y los subsiguientes.
Otra de sus
peticiones es la de participar como observadores electorales, para lo cual,
solicitaron y obtuvieron, de parte del IFE, una ampliación de unos días, para
la fecha límite del registro de esta modalidad. Su interés estriba, mayormente,
en desconfiar de la imparcialidad y la eficacia del IFE el cómputo de los votos,
influenciados, en ésta y otras peticiones por el candidato del PRD para la
próxima elección presidencial (AMLO), quien también lo ha manifestado, en
varias ocasiones, salvo en la última. Contagiando en esta creencia a un grupo de
intelectuales y académicos (simpatizantes de él) quienes, el sábado pasado
dieron a conocer que crearían un nuevo grupo, denominado Frente ciudadano de
Defensa del Sufragio Efectivo, al manifestarse preocupados por la actuación del
IFE, al igual que, aparentemente, un buen número de ciudadanos que se han
dejado influenciar por la propaganda, secundada por algunos columnistas, en
contra de dicha institución.
Vamos por partes, primeramente, los jóvenes de
grupo yosoy132, en la petición de referencia, una vez más, demuestran su
ignorancia; existen un poco menos de 2 500 municipios en nuestro país,
gran parte de ellos en lugares muy
apartados y de difícil acceso, el número de casillas a instalarse es de 143
000. ¿De verdad piensan hacer acto de presencia en todas las casillas, o solo
en algunas de ellas?, en este último caso, ¿Serán capaces de determinar, con
información incompleta, si la elección fue satisfactoria o no?, ¿Quién pagará
los gastos requeridos?
La participación
de los grupos que se están formando “en defensa del sufragio”, es realmente
alarmante pues, se está prejuzgando la confiabilidad del próximo proceso
electoral, no por el interés genuino de “ayudar” al correcto cómputo de los
votos sino, más bien, por más intelectuales que sean y, sin dudar de su
competencia en sus respectivas especialidades, por ignorancia sobre el grado de
depuración alcanzado hasta la fecha en
este proceso, para poder garantizar su confiabilidad, o bien, su propósito es
tratar de fomentar la desconfianza de la población sobre la validez de los
resultados de la elección, en el caso de no salir triunfador su candidato. Pueden
escoger, entre las dos opciones, la que sea más de su agrado.
Según noticias
recientes, en Estados Unidos, se han publicado hasta libros, en donde se explican
“matemáticamente” las posibilidades de fraude, escritos, inclusive, por
profesores de universidades. En este caso también, los autores ignoran la
realidad de cómo se lleva a cabo el proceso en nuestro país, para el cual, el
único conocimiento requerido es conocer dos de las cuatro operaciones
elementales de la aritmética: la suma y la resta.
Como a mí ya me ha tocado participar como Funcionario
de Casilla, a continuación explicaré, lo más importante, de cómo se lleva a
cabo el proceso electoral, tratando de no ser repetitivo con lo expuesto en el excelente
artículo de José Woldenberg, titulado: ¿Por qué es imposible el fraude? pero,
proporcionando suficiente información para su correcta comprensión, en el caso
de no haberlo leído. Mucho les agradecería a los demás foristas manifestar si,
después de leer su contenido (muy largo, pero indispensable para una correcta
comprensión del proceso), encuentran
alguna posibilidad de fraude.
La ignorancia
real o fingida, de desconocer que, la parte más importante y DETERMINANTE de la
legalidad de la votación está a cargo de
ciudadanos comunes y corrientes (como
todos nosotros), y no del IFE, ha
propiciado desconfianza en los resultados, al haberse realizado previamente una
campaña de desprestigio en contra de dicha institución, injusta pero,
aparentemente, efectiva.
Los ciudadanos seleccionados son residentes de
la sección electoral en donde se instalará la Casilla Electoral correspondiente,
poco más de medio millón de personas (572 000), en las próximas elecciones
(cuatro por casilla); escogidos al azar y, normalmente, sin previamente conocerse
entre ellos, antes de participar juntos, por primera y única vez, como
Funcionarios de Casilla. Los requisitos para ser nombrados como funcionarios son
varios y no los repetiré para no hacer todavía más larga esta exposición, pero,
el más importante para esta tarea es no pertenecer a ningún partido. Los seleccionados son compatriotas que
aceptan colaborar voluntariamente y sin recibir emolumentos, guiados tan solo
por su deseo de contribuir a la realización exitosa de estos procesos, siendo también
muy numerosos, quienes no aceptan hacerlo.
A las 8 de la
mañana, tiempo local, se reúnen los cuatro funcionarios designados y
capacitados previamente (Presidente, Secretario, Primer Escrutador y Segundo
Escrutador), en el lugar en donde se instalará la Casilla Electoral (habiéndolo
ya visitado anteriormente), para proceder a su instalación. También hacen acto
de presencia los representantes de los partidos y los observadores, debidamente
acreditados, quienes observan las maniobras necesarias para dejarla lista,
pudiendo ayudar en algunas de ellas, si así lo desean. Para dichos movimientos
cuentan con material electoral y documentación electoral, proporcionados con
anticipación.
Entre la
documentación electoral se encuentran dos listados de las credenciales de
quienes está previsto que acudan a votar, una con fotografía y otra sin ella.
La que no tiene fotografías se coloca en la parte exterior de la Casilla, para
el conocimiento de los posibles votantes, los que no estén en esa lista, no
podrán votar. La que incluye las fotografías de las credenciales, se utilizará
para identificar a quienes ingresen, posteriormente, a la Casilla.
Las boletas
electorales (que se convertirán en votos, al ser llenadas por los electores)
vienen unidas en talones y debidamente foliadas, a las cuales, no solamente se
verificará la correcta secuencia de su numeración sino, además, cada una de
ellas se marcará en su parte posterior con la firma o seña de la persona,
elegida por sorteo, para hacerlo, pudiendo ser uno de los representantes de
partido u observador. Esta es una de las operaciones muy importantes, previas a
la apertura de la Casilla. Se registran en las actas correspondientes los
números de folio con que se inicia el proceso. En el caso de cualquier revisión
posterior, la validez del voto estará amparada por una doble certificación: el
folio y la firma o seña.
Las urnas vienen
inicialmente desarmadas, con el fin de garantizar, plenamente, que estén
vacías. Se arman a la vista de todos los presentes, se sellan y se firman.
Posteriormente, se colocan en un lugar en donde estarán, a la vista de los
funcionarios, los representantes y los observadores. Se instala también una
mampara, único lugar en donde el votante
estará oculto de todos los demás, con el objeto de proporcionarle privacidad al
momento de emitir su voto. Según he escuchado, en el caso de que el votante
haya sido obligado a emitir su voto por algún candidato, ya sea por
conveniencia o bajo presión, aprovechando la facilidad de la mayoría de los
celulares de poder sacar fotografías, se le exige una foto de su voto. Si yo
estuviera en ese caso y no quisiera votar por el candidato que me indican,
sencillamente, lo haría inicialmente por él, sacaría la foto para tener la
comprobación correspondiente y, posteriormente, votaría por cualquier otro o
ejecutaría cualquiera de los otros motivos para la anulación de los votos, por
consiguiente, quedaría bien con ellos y conmigo, al anularse dicho voto.
La votación se
iniciará hasta que se haya completado la instalación de la Casilla y preparado
la documentación necesaria, no importando el tiempo requerido para hacerlo.
A continuación,
se iniciará la votación, ingresando los electores a la Casilla, uno por uno.
El Presidente de
la Casilla recibirá al elector y le solicitará su credencial para votar (si no
la tiene no podrá votar), lo identificará y pasará la credencial al Secretario.
El Secretario
cotejará la credencial del elector con
la lista nominal con fotografía, si no aparece, no podrá votar, en caso
positivo, entregará las boletas electorales correspondientes al elector,
asegurándose que lleven la marca o firma al reverso, pasando la credencial al
Primer Escrutador.
El elector
emitirá su voto en la mampara y depositará las boletas en las urnas (a la vista
de todos). Regresará a la mesa de funcionarios,
en donde el Primer Escrutador le aplicará tinta indeleble en su dedo
pulgar, marcará su credencial y se la devolverá.
El Secretario
colocará en el lugar correspondiente de la lista de electores la palabra votó
con el sello apropiado.
El elector se
retira de la casilla.
La votación se
terminará a las 6 PM o antes, si ya votaron todos los de la lista nominal. A
esa hora, se hará una lista de los que todavía estén en la fila y son los
únicos que podrán votar posteriormente.
Al terminar la
elección, los únicos que podrán estar presentes, en el interior de la Casilla,
son los funcionarios, los representantes y los observadores. Después de
elaborar el Acta de Cierre de Votación, los funcionarios procederán al
escrutinio y cómputo de la votación.
En cada uno de
los talones se verifica el folio con que terminó la votación, se registra en un
acta, se le resta el folio inicial y se le suma una unidad, el resultado debe
corresponder, exactamente, al número de votos contenidos en la urna respectiva,
así como también, al número de
credenciales selladas, cuya cantidad corresponde al número de votantes. Estas
comprobaciones sencillas garantizan el que no se hayan introducido más votos de
los previstos, burlando la vigilancia de los presentes. Si no cuadran, se podrá
determinar, exactamente, la cantidad de votos adicionales y cuales son, al
verificar el folio y la firma en cada uno de ellos.
A continuación se procede a la integración de
los paquetes electorales, no teniendo caso detallar su contenido, únicamente
que, una vez cerrados y sellados, en su exterior se colocarán dos sobres de
plástico transparente, en el que dice COMPUTO se colocará la primera copia del
Acta Final de Escrutinio y Cómputo, y en el que dice SIPRE la segunda copia de
dicha acta. Una vez cerrados y sellados los sobres, los funcionarios y los
representantes que lo deseen firmaran sobre los sellos. Al estar protegida la
información con plástico transparente, posteriormente, se podrá consultar pero
no modificar.
Al término de la
integración de los paquetes electorales, el Presidente colocará en una lona en
el exterior de la Casilla, los resultados de la votación, con la firma de todos
los funcionarios y representantes que quieran hacerlo.
El Presidente,
acompañado de quienes así lo deseen, entregará los paquetes electorales en donde
le hayan indicado de antemano. Con esta operación, termina la intervención de
los ciudadanos en este proceso, siendo pertinente aclarar que, cada paquete
lleva una clave que lo identifica perfectamente de todos los demás, siendo del
conocimiento de los representantes de partido y observadores, así como también,
cuáles fueron los resultados de la votación en esa casilla, mismos que ellos se
encargarán de informar a sus propios partidos. Lo más importante es que, ya no
es posible modificar los votos, al estar en el interior de paquetes,
debidamente sellados, con sus claves de
identificación y disponibles para
cualquier aclaración futura.
En cada paquete,
el número de votos para un candidato determinado representa tan solo un sumando
de una gran suma (de 143 000 sumandos, en esta elección), pero está debidamente
especificado su lugar en la misma, de tal manera que, no es posible
desaparecerlo, por arte de magia y, adicionalmente, la cantidad de votos que
puede leerse en su exterior, está también registrada en su partido, al haber ya
recibido la información correspondiente, a través del representante que estuvo
presente en esa Casilla, y dicha cantidad está también soportada, en caso
necesario, por los votos que contiene en su interior. Por consiguiente, en la
parte del proceso que ya no depende de los ciudadanos, tampoco es posible un
fraude, y se reduce a la transportación de los paquetes a sus lugares de acopio
y a efectuar, finalmente, la gran suma, en presencia de los representantes de
los partidos.
Conforme se
reciba la información de los resultados obtenidos en la votación de las
diferentes casillas, el día de la elección, se irá actualizando el PREP
(Programa de Resultados Electorales Preliminares), generador de muchas
controversias y versiones completamente fuera de la realidad, utilizándolo como
el argumento de un fraude en una elección pasada, al haberse “caído el
sistema”, existiendo el temor de quienes se alimentan de de estas disparatadas
versiones, que ocurra nuevamente y propicie un “nuevo” fraude. Se trata
solamente de un programa, elaborado para informar oportunamente del avance en
la recepción de los resultados de las votaciones en las casillas, de utilidad solo
temporal (el día de la elección), pero que no tiene NINGUNA repercusión en los
resultados finales, basados, exclusivamente, en la información contenida en los
paquetes electorales, no en la desplegada por ese programa. Tal y como lo
explica José Woldenberg (en el artículo de referencia), el cómputo oficial se
inicia el miércoles siguiente, en los consejos distritales, en donde se reúne
el Presidente (único funcionario del IFE), con seis consejeros ciudadanos y los
representantes de los partidos.
Una vez
explicado todo lo anterior (disculpándome por su extensión), ¿Qué podrían
aportar de positivo los integrantes del Frente Ciudadano de Defensa del
Sufragio Efectivo?, absolutamente nada, únicamente, promover la intriga, son
solamente unos cuantos ciudadanos, simpatizantes de AMLO, en contra de un poco
más de medio millón de ciudadanos, no solamente preocupados por la votación,
sino que actuarán efectivamente para garantizar su legalidad.
Según AMLO,
cuenta con 430 mil representantes de casilla y 20 mil más como coordinadores,
para cuidar las 143 mil casillas que se instalarán el 1º de julio,
adicionalmente el PRD tiene sus propios representantes, alrededor de 280 mil.
Un verdadero ejército de supervisión de las próximas elecciones, por consiguiente,
posteriormente, no se podrá reclamar el que se haya cometido un fraude. A menos
que, AMLO acuse nuevamente, a sus propios representantes, de haberse vendido.
Un cordial
saludo a todos los foristas.
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