martes, 26 de junio de 2012

La verdad sobre el movimiento #yosoy132. Parte final.

Por Tepozteco.


Al faltar solo una semana para las elecciones presidenciales, el grupo de jóvenes (no los jóvenes) pertenecientes a este movimiento, alabado y criticado ampliamente, nos anuncian una serie de acciones que, al igual que todas las anteriores, no tendrán ninguna influencia en el resultado de la votación, pero que demuestran su capacidad para unirse en sus exigencias y seguir exhibiendo tanto su ignorancia como su soberbia, al suponer a todos los demás ciudadanos que no comparten sus ideas (la gran mayoría de los mexicanos), sin capacidad para decidir en base a sus propias convicciones y experiencia, sino que, ya externaron su dictamen: son cautivos de los poderes fáticos, por consiguiente, ellos, en su papel de salvadores de la patria, pretenden imponer una “democracia real” a todos sus compatriotas, con la finalidad de “ayudarlos” a decidir correctamente. El problema (y muy grande) será su reacción ante el inminente fracaso de  impedir el triunfo de EPN.

Pretenden realizar “cadenas humanas” alrededor de Televisa, Televisión Azteca y Teléfonos de México, para protestar en contra de esos “monopolios”, sin saber que se trata de empresas privadas que han crecido desproporcionadamente, no por su afán lícito de controlar la mayor parte del mercado, sino porque se los ha permitido el Gobierno Federal, a quien corresponde regular y reglamentar lo concerniente, de tal manera que, no se presenten esos casos, tal y como lo hace el Gobierno de nuestros vecinos

Exigen equidad y “democratización” de los medios (concepto que nos debieran de explicar con mayor amplitud, por ser muy confuso e imposible de lograr), sin darse cuenta, nuevamente, de que se trata de empresas particulares, libres de decidir el grado de difusión y prioridad de sus noticias, y de contratar, con los diferentes niveles de gobierno, la promoción que estimen conveniente.

Tratan de engañar a la sociedad, auto nombrándose un movimiento “apartidista”, sin comprender lo absurdo de utilizar esa bandera, si su objetivo es impedir el triunfo de un partido, independientemente de que, en el fondo, como es de todos conocido, sus simpatías, manifiestas o no, favorecen a un candidato.

Tienen un concepto muy particular de lo que es la democracia “real”, la cual funciona, siempre y cuando, se excluya al PRI de las posibilidades de triunfar democráticamente.

Los han convencido, entre otras cosas, de la posibilidad de un fraude en las próximas elecciones, no siendo necesario aclarar quién o quienes lo han hecho, nuevamente, aprovechando su ignorancia pero, si de algo deberíamos estar muy orgullosos (todos los mexicanos) es sobre la solución encontrada por el IFE para garantizar la legalidad y confiabilidad de la recepción, el procesamiento y el cómputo  de los votos. Diseñado con suficientes “candados” para evitar alteraciones y, en el cual, dicho organismo proporciona la infraestructura, la logística, la capacitación, los recursos materiales y documentales, etc., y pone en las manos de los ciudadanos, la responsabilidad de llevar a cabo la votación, con la supervisión de los representantes de partido y los observadores, debidamente acreditados, hasta el punto de elaboración de las actas de escrutinio, copias de las cuales, reciben los representantes. Como una nueva modalidad, a partir de esta elección, dichas actas serán digitalizadas para que, mediante un programa accesible y libre de costo,  cualquier ciudadano interesado, las pueda consultar. Sinceramente, debiéramos felicitar efusivamente lo logrado por el IFE pero, los expertos en la intriga, cuyas voces se han estado escuchando, cada vez con mayor intensidad, ya han encendido  la “mecha” para provocar la desconfianza en la legalidad del próximo proceso.

Aunque, a diferencia de  las elecciones presidenciales anteriores, a tan solo una semana de la elección, no se ha recortado sensiblemente la diferencia entre los candidatos, sino que, el puntero en las encuestas tiene una ventaja ya prácticamente inalcanzable, sobre sus dos principales rivales,  quienes también se suponen vencedores (?) y han abonado el camino de inconformidades y supuestas “compras de votos”, las cuales, en todo caso, les podrían beneficiar, en algo, precisamente a ellos pero, debido la gran diferencia existente en los posibles votos que obtendrá el primer lugar y los correspondientes al segundo y tercero, para cualquier análisis realista, no sería posible remontarla con dicho método, ni tampoco implorando a Dios, que no interviene en estos asuntos.

Con una diferencia tan holgada y en el caso de mantenerse con cifras similares, en el día de la elección, supondríamos que no habría motivo para inconformarse con los resultados, sin embargo, las insinuaciones, cada día más frecuentes de que se está gestando un fraude, aunado al fracaso del objetivo principal del movimiento yosoy132, no auguran nada bueno para el ambiente posterior al día en que se lleven a cabo. Ojalá los inconformes tengan conciencia del daño que pueden provocar a nuestro país.

Lo manifestado en estos párrafos, desde luego, corresponde solamente a mi percepción personal de la situación actual, en consecuencia, estoy consciente de que, otras personas, tendrán su propia versión de los hechos, tan válida como la mía.

Un cordial saludo a todos los foristas.

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