Sergio Sarmiento |
Dos jóvenes fueron detenidos el jueves 21 de junio en Zapopan, Jalisco. Los marinos irrumpieron en su domicilio sin orden de cateo ni aprehensión. En el lugar encontraron dos armas largas y dos cortas, cuatro granadas, 135 mil dólares y 295 mil pesos en efectivo, así como varias credenciales con distintos nombres.
El detenido fue presentado a la mañana siguiente en una conferencia de prensa en la SIEDO en la ciudad de México. Uno de los jóvenes detenidos fue identificado como Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo del Chapo Guzmán. El vocero de la Armada señaló que el joven de 26 años era uno de los principales capos del cártel de Sinaloa y que era el administrador de los bienes de la organización.
Al parecer la información para la detención fue proporcionada por la Drug Enforcement Administration (DEA). El gobierno de los Estados Unidos aplaudió de inmediato la captura del “hijo del Chapo”. Desde el principio, sin embargo, los familiares y el abogado negaron que el detenido fuera hijo del más famoso narcotraficante del planeta. A la postre la PGR reconoció este hecho.
Por supuesto que detener a alguien por ser hijo de alguien más es un absurdo. En México no existe el delito de portación de pariente prohibido. El hecho de que el detenido hubiera estado en posesión de armas prohibidas habría sido suficiente para pedir una consignación a un juez. Pero las autoridades optaron por el arraigo, que les permite privar de la libertad a alguien sin pruebas y sin atender a las condiciones legales para una consignación.
Han sido detenidos a lo largo de los años varios parientes del Chapo con resultados diversos. Iván Archivaldo Guzmán Salazar, éste sí su hijo, lo fue en 2005 en Zapopan, pero fue liberado por los tribunales en 2008 por falta de pruebas de actividades ilícitas. A Claudia Adriana Elenes Salazar, sobrina, se le aprehendió también en 2008 y se le acusó de lavado de dinero, pero quedó en libertad también por falta de pruebas. Griselda López Pérez, la primera esposa del Chapo, fue detenida en 2010, pero se le dejó en libertad porque no había indicios de que participara en actividad criminal alguna. Otros miembros de la familia del Chapo sí purgan penas de cárcel.
El arraigo sigue sirviendo como mecanismo para mantener detenidos a los acusados sin pruebas. El general Tomás Ángeles, ex subsecretario de Defensa, ha sido arraigado nuevamente cuando los primeros 40 días de arraigo no fueron suficientes para obtener pruebas para consignarlo ante un juez. Las declaraciones del testigo protegido que ha declarado en su contra difícilmente llevarían a la condena que quiere la SIEDO. No solamente aporta testimonios de oídas, sin certeza jurídica, sino que además uno de ellos refiere que el general participó en una reunión en México cuando en realidad se encontraba fuera del país.
Los esfuerzos preelectorales por demostrar que la guerra contra el narco está entregando buenos resultados se desmoronan. Las acciones de las autoridades siguen pareciendo confusas; las consecuencias para la población en términos de violencia, son terribles; la estrategia de largo plazo se antoja inexistente. Si el propio Presidente de la República concede que no se puede acabar con el comercio de las drogas de esta manera, vale preguntarse para qué estamos haciendo este esfuerzo.
DENLES TODO
Levanta su plantón la CNTE en Michoacán tras impedirse la aplicación de la evaluación educativa y con un acuerdo en el que se dice que se satisfarán todas las exigencias del grupo. Con razón se repiten las movilizaciones todos los años.
Twitter: @sergiosarmient4
Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/chapo-chapito
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