viernes, 8 de junio de 2012

Raymundo Riva Palacios - Una película como spot.

Guerra sucia. Esta es la frase del momento en la contienda por la Presidencia. La utilizó Enrique Peña Nieto cuando el PAN le armó una campaña negativa sobre compromisos incumplidos de su época de gobernador, y la está usando Andrés Manuel López Obrador para evadir las exigencias para que transparente sus gastos y frente a los mensajes que inyectan miedo de alertan que, como en 2006, tomará las calles y alimentará un conflicto post electoral este año. Guerra sucia es una frase que se anidó en la ley electoral de 2007 para impedir los ataques personales y la polarización que traía como consecuencia. Visto en perspectiva, resultó inútil.

La campaña presidencial no se ha resuelto en los spots por televisión, sino en los spots que se adelantan en internet, que no está regulado. Algunos de ellos han tenido que dejar de transmitirse porque el IFE encuentra que sí violaron la disposición y otros no. El mejor spot de la campaña, por lo persuasivo, brutal y trágico, aparecerá hoy en todo el País en formato de película —destino seguramente involuntario de sus productores y realizadores—, pero que es lo mejor que se podía haber hecho para vestir al PRI y a su candidato de asesinos, con el subtexto de que votar por ellos sería un error.

Se trata de la película “Colosio”, dirigida por Carlos Bolado y producida por Mónica Lozano, que se ha distinguido por inyectar recursos en filmes de corte social, como “Amores Perros”, “Presunto Culpable” y “Voces Inocentes” —de Luis Mandoki, el hombre de la imagen y propaganda de López Obrador—. Totalmente al margen de cualquier restricción de la ley electoral, “Colosio”, recrea el asesinato del candidato del PRI a la Presidencia en 1994, en una coproducción internacional —la parte mexicana tiene financiamiento de Conaculta—, a menos de un mes de la elección presidencial.

La película establece al principio que se trata de una ficción a partir de hechos reales. La obra, en efecto, es totalmente ficción, vinculando momentos que nunca fueron parte de lo mismo —como los asesinatos de Colosio y de José Francisco Ruiz Massieu en septiembre de 1994—, magnificando la perversidad de José Córdoba, el superasesor del entonces presidente Carlos Salinas, reflejando animosidades inexistentes —como la de Colosio con Raúl Salinas, que eran muy cercanos—, y omitiendo momentos clave, como cuando recrea el encuentro de Diana Laura Colosio y el fiscal para investigar el asesinato de su esposo, Miguel Montes, y soslaya que fue ella quien pidió al Presidente que lo nombrara y fue Montes quien le pidió inútilmente que no cremara el cuerpo del candidato porque era evidencia que se podría necesitar más adelante.

La ficción es la trama, una investigación paralela y secreta encargada a Ruiz Massieu, que descubre que es un crimen de Estado. La verdad jurídica es que el asesino de Colosio fue Mario Aburto, hoy preso en Almoloya. La verdad política es que la bala también atravesó a Carlos Salinas —que tenía en el infortunado candidato la mejor posibilidad de extender su poder—, y le costó a Raúl Salinas 20 años de su vida —pues de no haber muerto, el presidente Ernesto Zedillo no hubiera iniciado una persecución que lleva 20 años—. La verdad duradera, como sucede en los magnicidios, será la que se instale en el imaginario colectivo, particularmente de aquellos que no vivieron ni respiraron la tragedia ni el contexto, los jóvenes y los indecisos en el proceso electoral: Colosio fue asesinado por los suyos, el PRI.

En una entrevista con El Economista, Bolado declaró que la película se trataba de “tener huevos para pararte frente a ellos y decirles: ‘No señores, son unos mentirosos. ¿Lo van a hacer de nuevo? ¿A cuánta gente mataron?’.” En La Jornada, precisó: “Al único al que no ayuda (la película) es al que estuvo en el poder más de 70 años, que cometió gran cantidad de asesinatos, escondió la verdad y controló la prensa. (Puede ser) que mi posición sea radical, pero creo que es grave que pueda regresar al poder ese partido y el Grupo Atlacomulco”. Por impacto y momento de distribución, mejor imposible. 

rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa

Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/unapeliculacomospot-1304861-columna.html

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