Sea o no cierto, también escucho en vivo a muchas personas que conservan la gran duda de no saber por quién votar.
Me llama la atención que hay abundancia
de columnas con las opiniones de conocidos personajes cultivados, voces
reconocidas discursistas, que opinan por qué sí votar por alguno de los
candidatos, o por qué descalifican a uno de ellos, y a otros interesantes
columnistas que exponen sus criterios sobre cada uno de ellos.
Esta abundancia de en pro o en contra, es
la mayor prueba de que muchos votantes no están convencidos de por quién
hacerlo, y necesitan en que apoyarse, o la mera neta, tener un buen pretexto
para definir su decisión final.
Por lo anterior, hoy al iniciar la veda,
también coincido en que las cosas no cambiaron desde cuando conocimos quienes
serían los contendientes. Pero me refiero a que los que están dispuestos a
acudir a las urnas sin que tengan su voto coaccionado, expresarán su apoyo al
que consideran el “menos pior”.
Para los ciudadanos que nos mantenemos
apartidistas pero que nos esperanzamos con empoderar al mexicano que sin
compromisos pueda mejorar al menos la economía, la justicia, el futuro de la
educación y volver a la seguridad de antes de la presencia del narconegocio,
nos queda reclamar el fraude electorero del que hemos sido víctimas, cuando un
candidato se arrancó para campaña fuera de los plazos para ello , desde hace 6
años. Otro, se autodestapó desde el cargo que desempeñaba- nieto en cargo público,
se exclusivó antes de plazo con los medios más caros para anunciar desde antes
que lo designaran en su partido, como el puntero de encuestas cuando ni
competencia había, y ha estado gastando millonadas por exceso al tope
permitido, total que no hay castigo al tamaño de lo logrado con la trampa.
Y con cinismo que raya en asociación
delictiva al ejercer recursos públicos para campaña de partido, estamos viendo como
la candidata menos pensada, triunfadora entre más de 10 colegas postulantes,
ahora en plena competencia, compañeros de color deciden debilitar su lucha,
manifestando a los medios en traición flagrante, su apoyo al triunfo de la
competencia. Es sin duda una forma de fraude electorero.
En fin, queda la gran expectativa de que
se haga presente en las urnas la voz democrática, la de la mayoría, para que convencidos
de que no se trata de que gane el menos pior y mucho menos que proteste
gobernar quien no tiene la aprobación de ni siquiera la mitad de los
registrados para votar.
Hago llamado a los ciudadanos que piensan
anular su voto y a los que ni piensan en ir a la urna a expresar su
decisión, para que acudan el día 1º de
Julio y manifiesten su rechazo al elenco partidocrático, optando por ejercer la
legal opción de la 8ava casilla. La suma de las boletas con la opción 8ava
ejercida, por Ley deben quedar asentadas en las actas con los resultados de
cada casilla de elección, aunque no cuenten para elegir persona alguna. Son
votos emitidos por la ciudadanía y por lo mismo, deben contar para el porcentaje
mínimo que debe satisfacer cada partido para conservar su registro, y lo más
significativo es que podremos saber que lugar ocupan en comparación de los
logros de los 4 candidatos en las 7 opciones registradas. Es inobjetable que
será la voz de la mayoría tradicional, que por causas no conocidas, se ha
negado a explicar su postura antiurna.
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