miércoles, 17 de octubre de 2012

Ciro Gómez Leyva - Peña Nieto mete un buen gol, pero le da pena celebrar


Quería escribir sobre el perfeccionamiento de Enrique Peña Nieto en el arte de cantinflear. De sus sí, pero no en torno de la autonomía y la transparencia sindical. Lo haré en unos días porque, pienso, algo importante ocurrió el lunes en Madrid.
De acuerdo con las crónicas de la prensa española, el presidente electo de México recibió de los jerarcas empresariales un trato que rara vez dispensan a un mandatario en funciones, y menos si viene del mundo subdesarrollado.
Peña Nieto no habló solo de esperanzas y sueños para los próximos seis años, sino dejó correr la posibilidad de que México, sí, inyecte vitalidad a la desplomada economía española. Los patos tirándole a las escopetas en pleno Paseo de la Castellana.




Lo escucharon y reconocieron los presidentes de BBVA, Repsol, Enagás, Telefónica, Hoteles Riu, Iberostar Hoteles, NH Hoteles, Iberdrola, Acciona, Inveravante, OHL, ACS Industrial, Bodegas Torres, Domecq, FCC, Gamesa, Grupo Azvi, Grupo Tapias, Grupo Inditex, Grupo Vips, Ibérica Renovables, Isolux Corsán, Mapfre y Societe Generale, así como vicepresidentes, consejeros y directores generales de otras firmas.
Nada, nada mal. Es el primer tanto internacional que anota Enrique Peña Nieto, su primer gol, su primera victoria en serio. “Si logra llevar a cabo una décima parte del plan, México estará irreconocible en seis años”, sintetizó, entusiasmado, uno de los empresarios.
Sorprende que Peña Nieto y su equipo no le dieran mayor vuelo al evento. 
Quizá estaban sacudidos por la cancelación de última hora que les hizo Mario Vargas Llosa.
O quizá sigan engarrotados por la secuela poselectoral, pos132.


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