Formo parte de ese grupo de ingenuos a quienes nos gusta creer que al final de cada etapa siempre podrá comenzar una mucho mejor. Creo que la historia del gobierno de Felipe Calderón es mejor que la de Vicente Fox. Y deseo que la de Enrique Peña Nieto sea mejor.
Entiendo por mejor, un mejor país. Mejor calidad de vida para más gente. Las encuestas, los sondeos, las voces en las calles, las oficinas, las casas, marcan que los mexicanos anhelan esperanza y consuelo. Quizá Peña Nieto sea el Presidente que encabece y simbolice ese tránsito. Ojalá. Ya es hora del futuro.
Pertenezco a una generación obsesionada con la derrota del PRI, que nació para ver perder al PRI, y nunca he renegado de ello. Pero coincido con quienes piensan que el gobierno de Peña Nieto no significará la restauración del PRI autoritario y corrupto. Veo más probable que las circunstancias lo lleven a diseñar y encabezar un gobierno responsable y transparente. Y que con esa idea asumirá mañana el cargo.
La mejor de las suertes al nuevo gobierno. Digo suerte, porque por más planificado y organizado que esté, unas veces se tiene y otras no. A la tiranía de la contingencia.
Suerte, y cada quien a lo suyo. Como con Zedillo, Fox y Calderón. Peña Nieto será el cuarto Presidente en nuestra historia de 15 años.
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