domingo, 4 de noviembre de 2012

Jorge Zepeda Patterson - Calaveras y diablitos

Ahora que leía las calaveras de los políticos a propósito del Día de Muertos, me preguntaba qué sería de ellos antes de que, en efecto, se conviertan en difuntos. O dicho de otra manera, ya sabemos que al largo plazo todos estaremos muertos, pero ¿qué será de ellos en el corto y mediano plazo? ¿Qué les depara el futuro a Ebrard, Calderón, López Obrador, Mancera, Cordero, Peña Nieto y otros que como ellos han sido los protagonistas de la historia reciente? A continuación una especie de "calaveras" pero para los próximos meses.

Felipe Calderón. Nadie está tan contento como Calderón. Él está convencido de que obtuvo lo mejor de los dos mundos. Si no iba a lograr imponer a su delfín, Ernesto Cordero, lo que más le convenía es que perdiera el PAN. De esa manera él seguiría siendo el hombre fuerte de su partido, capaz de negociar con el nuevo régimen en calidad de gerente de la derecha. Eso, y la luna de miel que vive con Peña Nieto, le hacen creer que tiene garantizados seis años de protagonismo y protección. Pero hay dos factores que podrían destruir sus planes: Uno, que los panistas se sacudan su liderazgo (lo cual seguramente intentarán). Dos, que Peña Nieto quiera seguirlo defendiendo si la presión de la opinión pública crece para llevar a juicio a Calderón. Al final será un asunto de correlación de fuerzas.




Marcelo Ebrard. Sin duda es la carta fuerte de muchos sectores progresistas para 2018. Pero el todavía regente caminará entre dos peligrosos desfiladeros. De un lado López Obrador, quien querrá emular a Lula convencido de que a la tercera va la vencida, y del otro Miguel Mancera, próximo Jefe de Gobierno del DF. Recordemos que Mancera no era el candidato de Ebrard; ganó la candidatura no gracias sino a pesar de su jefe. Y no faltarán funcionarios y asesores de Mancera que lo convencerán de que él puede ser el bueno para 2018. Ebrard tendrá que cerrar muy fuerte la segunda parte del próximo sexenio para no perder su ventaja. Presidente del PRD, coordinador de la fracción en la Cámara de Diputados o ambas posiciones.

Ernesto Cordero. No sé cuánto vaya a sostenerse el coordinador de los senadores panistas en la Cámara. La figura de el economista y ex Secretario de Hacienda ha desaparecido frente al enorme oficio de los operadores priistas, encabezados por Emilio Gamboa. Dependerá de la fuerza que mantenga Calderón dentro del PAN, y del costo que represente para este partido ofrecer tantas ventajas al PRI en el Poder Legislativo.

Andrés Manuel López Obrador. La conversión de Morena en un partido político le ofrecerá al tabasqueño una enorme tribuna a lo largo de los próximos años. Sobre todo si su organización se convierte en un actor movilizado en contra de algunas políticas públicas del Gobierno de Peña Nieto (Pemex, sindicatos, etc.). Por lo demás si Morena obtiene su registro, AMLO se convierte de nuevo en candidato presidencial para las próximas elecciones. En teoría López Obrador le dejaría el camino abierto a Ebrard para 2018, luego de que éste retiró su candidatura en 2012. Pero, ya sabemos, las multitudes en el Zócalo no tienen palabra y el tabasqueño suele ser un devoto fiel de lo que quiere "el pueblo".

Josefina Vázquez Mota. La ex candidata ha decidido mantenerse alejada de la esfera política, mientas Calderón tenga el control del PAN. El Mandatario no sólo le retiró su apoyo durante la campaña presidencial, sino también la culpó de la estrepitosa derrota del blanquiazul en las elecciones. Con roda razón, Josefina se siente doblemente agraviada. Pero eventualmente la ex Secretaria de Educación y de la Sedesol podría volver al ruedo. Si otros liderazgos dentro del PAN deciden sacudirse el cacicazgo de Calderón, es seguro que pueden contar con ella.

Enrique Peña Nieto. Todo marcha sobre ruedas para el Presidente electo. Panistas y perredistas hacen fila para tomarse la foto. Priistas de todas las corrientes pasan lista para ser incluidos en la próxima administración. Empresarios y líderes sindicales envían tarjetas y personeros para ponerse a las órdenes del nuevo inquilino de Los Pinos. Peña Nieto goza efectivamente de una esplendorosa luna de miel. El tema de fondo es la duración del periodo de gracia. Los cercanos a Peña Nieto saben que el 1 de diciembre inicia una cuenta regresiva contra las expectativas de los mexicanos. Y están conscientes de que ninguno de los problemas del País son de los que se resuelven en 15 minutos. El corto plazo de Peña Nieto está asegurado. Es el mediano plazo el que les quita el sueño.

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@jorgezepedap

Leído en: http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104

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