martes, 27 de noviembre de 2012

Katia D`Artigues - ¿Quién y por qué blindó a San Lázaro?


A cinco días, cuatro de ellos hábiles, de que Enrique Peña Nieto jure el cargo de presidente de los (aún) Estados Unidos Mexicanos, las inmediaciones de la Cámara de Diputados ya son inaccesibles. Desde el pasado fin de semana un enorme cerco policiaco rodea el Palacio Legislativo y colonias vecinas a fin de resguardar desde ya ese recinto, a cargo de la Policía Federal y del Estado Mayor Presidencial.
Adiós al libre tránsito tanto de peatones como de vehículos en la zona. Ya ni le digo las peripecias que tienen que hacer los residentes de la zona: credencial del IFE en mano para que les permitan el acceso. ¿Quiere llegar en Metro? Prepárese, porque deberá caminar laaaargas distancias: estaban cerradas las estaciones Santa Anita, Jamaica, Fray Servando y Candelaria, de la Línea 4, todas ellas con correspondencia para otras líneas. 
Ante las protestas de usuarios, vía redes sociales, el Sistema de Transporte Colectivo, Metro pues, rectificó ayer lunes y dio a conocer que las estaciones Santa Anita, Jamaica (Línea 4) y Candelaria (Línea 1), estarían en servicio. Sólo se mantenían cerradas Fray Servando y Candelaria (línea 4) “a petición del Estado Mayor Presidencial”.




Por cierto, ayer Jesús Murillo Karam (quien ya anunció que pediría licencia nada más le ponga la banda presidencial a Enrique Peña Nieto, se dice que para tomar las riendas de la PGR) dijo zafo, y salió a aclarar que él nunca pidió que cercaran la Cámara de Diputados. Mmm ¿Y cómo llegarán los legisladores mañana? Será interesante verlos y escucharlos.
Al menos ayer, un ciudadano-vecino de la zona probó de lo que son capaces los vigilantes de estos cercos: el activista y defensor de derechos humanos Jesús Robles Maloof, @roblesmaloof. Vía su cuenta de Twitter relató que ayer que fue a fotografiar el muro metálico en el cruce de Fray Servando y Congreso de la Unión, pero un grupo de 10 elementos del Estado Mayor Presidencial lo interceptó: “A golpes y empujones me introdujeron dentro del cerco para golpearme y sacarme por detrás del parque de los periodistas. Lesionaron mi codo”.
Le quitaron el celular, el cual, después, acompañado de reporteros que cubren el cerco y todo lo relacionado con la toma de posesión, exigió que le regresaran: lo hicieron pero sin la tarjeta de memoria.
Pero desde el otro lado del muro también hay protestas. Los primeros que ya se quejaron fueron algunos perredistas, como Miguel Alonso Raya, vicecoordinador de esa fracción: quien dice que es “ofensivo e innecesario” todo este cerco. “El miedo se mide en vallas”, dictaminó Ricardo Monreal.
Claro, en el PRI no se les olvidan cómo fue el 1D en el 2006, y menos bajo la amenaza de Andrés Manuel López Obrador de realizar protestas el sábado próximo.
Al menos en San Lázaro se tienen ubicados a unos 50 perredistas que podrían ponerle sabor a las protestas en el recinto legislativo. Súmele los 15 diputados del PT y 16 del Movimiento Ciudadano… ya hay quórum mínimo para hacer una batucada legislativa.
En el Congreso de Tlaxcala al diputado priísta Ramiro Vázquez Ramos debieron darle la presidencia de la Comisión de Cultura, Desarrollo, Juventud y Deporte, Corrección de Estilo (así se llama, ¿eh?).
Sucede que el legislador solicitó el apoyo del Congreso local para que en esas instalaciones se presentara ayer el disco de jazz Nin Yolkokol, de Tonatiuh Vázquez Vilchis, su hijo. Pero no sólo pidió las instalaciones. Sino que pidió bocadillos y el vino de honor para los invitados, todo ello con cargo al Congreso tlaxcalteca. Ante las críticas éste se justificó: “El hecho de que un padre esté tratando de impulsar a su hijo, o ese tipo de cuestiones, eso lo haría cualquiera (¿y con cargo al erario?)

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