De manera insólita --y a pocos días de que asuma el cargo de Jefe de Gobierno del Distrito Federal--, Miguel Ángel Mancera hizo votos porque el gobierno del que pronto será su antecesor, Marcelo Ebrard, resuelva mediante el diálogo y la política la crisis que mantiene paralizada a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Sin embargo, lo que pareció un deseo amable y hasta un gesto de buena voluntad por parte de Mancera, en realidad son un reclamo y una advertencia severas sobre "la mala leche" que significaría que Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador dejen como "herencia envenenada" --para la gestión de Mancera--, la crisis político estudiantil de la fallida UACM.
Y es que a la vista de todos, tanto Marcelo Ebrard como Andrés Manuel López Obrador, han dejado crecer de manera deliberada la crisis que por casi cuatro meses mantiene sin actividad uno de los mayores fracasos educativos de los años recientes --la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, invento chabacano de AMLO--, que en su primera década de servicio no logró siquiera egresar a un número de profesionistas igual al de los días que lleva paralizada.
¿Y por qué insistir que Marcelo Ebrard y López Obrador son responsables directos de la crisis que mantiene sin clases a la UACM?
Porque es un secreto a voces que detrás de las mafias que pugnan por el control de la también llamada "universidad patito", están precisamente los intereses y los grupos de López Obrador y de Marcelo Ebrard, quienes pretenden mantener el control político y presupuestal de una universidad que –desde que fue creada por AMLO--, no ha servido más que de botín político para el gobierno en turno. ¿Y por qué botín político y presupuestal?
Está claro que durante la gestión de AMLO como Jefe de Gobierno --y por razón natural--, la "universidad patito" sirvió a los intereses político electoreros de su creador y mecenas. La historia no fue distinta durante la administración de Marcelo Ebrard, quien dejó intocados los feudos –y uno de ellos es la UACM--, de su padre político, López Obrador, quien pretendía ser candidato presidencial por segunda ocasión.
Sin embargo, la segunda derrota presidencial de AMLO y el fin de la gestión de Marcelo Ebrard como Jefe de Gobierno, alteraron por completo los equilibrios que hacían funcional un centro de poder y dinero en donde lo último que importa es la educación. Importa, como queda claro, su capacidad de movilización porril y su papel de cantera de grupos radicales, no pocos vinculados con sectores sociales violentos, emparentados con bandas guerrilleras que dicen combatir al Estado, pero viven del Estado. ¿Y cuáles son los equilibrios que se rompieron?
Primero, que ya no están en el poder ni AMLO ni Marcelo Ebrard, verdaderos mecenas de la llamada "universidad patito".
Segundo, que al concluir el ciclo de poder en el DF, también terminó la alianza política de AMLO y Marcelo, quienes a partir de hoy son adversarios políticos, en tanto precandidatos presidencial de ese intangible llamado "izquierda mexicana". Y tarde o temprano se enfrentarán por una candidatura presidencial, en donde el control de la "universidad patito" será fundamental.
Tercero, que una vez que AMLO dejó la casa familiar –al PRD--, y que decidió que pondrá casa aparte --con una nueva pareja llamada Morena--, la pelea por la herencia maldita y por los hijos bastardos se refleja en la pelea por el control de la UACM.
Y cuarto, que ni Marcelo ni AMLO están dispuestos a dejar en manos de Miguel Ángel Mancera –el próximo Jefe de Gobierno--, el botín político que es la UACM. ¿Y por qué Marcelo y Andrés se niegan a dejar ese botín político? Porque Mancera también estará en la pelea por la candidatura presidencial de las izquierdas.
Por lo pronto, el verdadero llamado de Mancera es para que tanto Marcelo Ebrard, como López Obrador, saquen las manos de la "universidad patito", no sólo para restituir su vida institucional, sino para iniciar una cirugía mayor que la convierta en una auténtica universidad.
Lo curioso es que a sabiendas de que los encapuchados que asaltaron la "universidad patito" –y que han paralizado todas sus instalaciones--, son porros de otras universidades públicas --y al servicio de fanáticos de AMLO, como Benito Taibo II--, el Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard no sólo tolera la ilegalidad y el vandalismo --igual que toleró a vándalos del SME, la CNTE y los "ternuritas" del #132--, sino que parece dispuesto de dejar a Mancera la "herencia maldita" de la "universidad patito". Al tiempo.
En el camino
Aplauso a Marcelo, por recuperar los terrenos de la Plaza Mariana.
Leído en http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104
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