jueves, 13 de diciembre de 2012

Carlos Loret de Mola - Y ahora, ¿qué hará Elba Esther?


Si no la pactaron con ella, a Elba Esther Gordillo al menos le corrieron la cortesía: el presidente Peña Nieto y sus colaboradores le platicaron del contenido de la reforma educativa antes de que se diera a conocer públicamente. Quizá fue en agradecimiento por la colaboración de “La Maestra” durante su campaña a Los Pinos. 
Lo confirmó el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet: 
—“Estoy seguro de que en algún momento intervino el presidente”, me dijo ayer temprano en Primero Noticias. 
—“¿Le platicó esta reforma a Elba Esther?” 
—“Se le notificó de manera anticipada”. 
Este martes, el número dos de “La Maestra”, Juan Díaz, ofreció una conferencia de prensa para sumarse vehementemente a la propuesta peñista y fustigar a quienes ven una ruptura entre el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y el Gobierno Federal. 




La reforma educativa de Peña Nieto va en el sentido correcto para mejorar los paupérrimos niveles escolares de México. Ese sentido lleva a vapulear el poder político de Gordillo. 
Si la apoya es —primera hipótesis— porque no tiene con qué frenarla: si la acompaña le puede ir algo mal, si se opone le puede ir francamente peor. 
Pero “La Maestra” tiene experiencia en eso de jugar dobles juegos. Puede estar en público apoyando la iniciativa, pero frenándola en privado. Habrá que estar al pendiente de las señales, pues puede obstaculizarla de diversas maneras: 
Podría emplear a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para realizar plantones, paros, boicots, desquiciamiento de ciudades, actos violentos por doquier. 
Pocos lo saben, pero la CNTE, la rama más radical y “antigordillista” del sindicato magisterial, recibe cuantiosos recursos económicos del grupo de 
“La Maestra” y para ello mantiene comunicación. ¿Por qué? Porque formalmente la CNTE está conformada por varias secciones del sindicato a las que por ley debe financiar la dirigencia nacional bajo el mando de Gordillo. 
Adversarios por el control del sindicato, la CNTE y Elba Esther han sido en el fondo aliados para frenar cualquier reforma educativa que les quite el control de las plazas de maestros, les obligue a rendir cuentas y busque que los mejores profesores tengan los mejores sueldos. 
Es esperable que por su cercanía con López Obrador, la CNTE proteste contra la reforma educativa, no sólo porque toca sus intereses fácticos sino porque viene de Peña Nieto, a quien no reconoce como presidente. Elba Esther podría alimentar con dinero este fuego, radicalizar aún más a la CNTE y complicarle el escenario. 
Otra ruta de oposición bajo la mesa es dejar que corra la reforma su proceso legislativo y aprovechar sus redes de control para frenarla en la base: postergar su aplicación, ampararse, meter el pie en cada estado, municipio, escuela. 
Su reacción ha sido demasiado noble para ser verdad. Favor de no perderla de vista.

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