viernes, 14 de diciembre de 2012

Ciro Gómez Leyva - De periodistas y onanistas, gracias por el incomparable 2012


Con el texto de hoy termina el 2012 de La historia en breve. Me gustaría despedirme con aquella cita de George Steiner de que somos lo que recordamos, y lo que llevamos por dentro nadie nos lo puede quitar, pero no creo que el periodismo sea un ejercicio de la intimidad, una actividad reservada en la que uno deba auto satisfacerse con los argumentos del “hice lo que me dictó mi conciencia”.
Al diablo con los puritanos, los siempre políticamente correctos. Creo que la responsabilidad del periodista es, antes que nada, con la calidad y resultado de los productos que entrega a su sociedad. Y con la capacidad para ser aceptado y acompañado por exigentes lectores, radioescuchas, televidentes. Lo demás son desplantes de los que no tienen reparo en incurrir en suciedad y media en función de su proyecto “político-ideológico”. Los onanistas que no hacen más que masturbarse en público.




En lo personal, 2012 podría haber sido un año extraordinario. Nunca tantas personas leyeron esta columna, escucharon nuestro programa en Radio Fórmula, sintonizaron Milenio Televisión. Nunca “Tercer Grado” alcanzó ratings tan altos. Más gente nos acompañó en las buenas. Gente que nos cuestionó, pero no nos abandonó en las malas.
Sin embargo, el sabor de fin de año es amargo porque fallamos en un momento en que era importante fallar. Me refiero a la encuesta de seguimiento diario MILENIO-GEA/ISA. Falla asumida, sin regateos. Lo primero era reconocer que nos equivocamos, ofrecer una disculpa y luego tratar de seguir adelante.
Nos vemos en enero. Ojalá con un mejor clima. Gracias, mil, por el incomparable 2012.


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