Todo indica, por fortuna, que el egocentrismo, la arrogancia y la soberbia quedaron atrás, muy atrás, en el manejo político y administrativo de la ciudad más importante del país. Dejó Marcelo Ebrard Cassaubon la jefatura del gobierno del Distrito Federal y asumió Miguel Ángel Mancera Espinosa quien trae consigo una agradable y fresca propuesta incluyente.
Se desesperaba Ebrard porque sus altos vuelos académicos no eran aterrizados por aquellos a quienes despectivamente siempre ha mirado hacia abajo. “¿Me entienden?, ¿De verdad me entienden?”, preguntaba invariablemente a los reporteros en sus muy frecuentes conferencias de prensa, incluso en las entrevistas “banqueteras”.
Es inteligente, sí, pero demasiado “sobrado”. Y eso lo pierde.
No fueron de él, de su propiedad, por ejemplo, las muchas obras que, cierto, se erigieron en su sexenio. No es “su” Hemiciclo. Tampoco “su” Alameda. Las obras viales, de transporte y muchas más son producto de los dineros –y de la deuda-- de los capitalinos.
Pero eso ya acabó. Difícil que, pese a sus deseos personales, don Marcelo retorno a las grandes ligas. Volvió a perderlo su egocentrismo cuando anunció no sólo que buscaría ser presidente en el 2018, peor, cuando dijo que iría por la dirigencia del PRD, lo que seguro no agradó a la corriente dominante dentro del sol azteca, la de los llamados “Chuchos”, que seguro exclamaron el clásico y mexicanísimo ¡sí, Chucha, cómo no!
Mancera Espinosa, sencillo –pese a estar respaldado por verdaderos títulos universitarios--, nada presuntuoso, llega al cargo político más importante de la capital nacional con un respaldo popular que no tiene antecedentes. También con el prestigio de haber sido artífice, junto al ahora “priísta” Manuel Mondragón, de la seguridad que hasta hace poco se vivía en el DF, en lamentable comparación con otros puntos de la geografía mexicana.
Llega el señor Mancera, asimismo, con un mensaje de inclusión que se anuncia desde el nuevo lema del gobierno que encabeza: “Decidamos Juntos”.
Y eso implica, creo yo, escuchar a todos –incluidos a los afectados de la denominada Súper Vía--, hacer caso a las opiniones de todos.
EL EQUIPO LO ENGRANDECE
Mucho se habló, en las vísperas de su toma de posesión, de las tremendas presiones a las que fue sometido el señor Mancera para que los diferentes grupos, tribus e incluso su antecesor le formaran el gabinete. Por tal fue que el anuncio del equipo se guardó hasta el último momento.
Político, de mano izquierda, Mancera satisfizo en cierta medida las demandas de sus peticionarios. Le dio cargo a un recomendado de Ebrard, el secretario de Gobierno, Héctor Serrano. A uno de los “Chuchos”, Carlos Navarrete, en la Secretaría del Trabajo. Miguel Torruco, propuesta de AMLO para Turismo en la Federación, lo será ahora en la capital de la República. Y otro, incluso, a los calderonistas, en la persona de Salomón Chertorivsky, quien de la Secretaría de Salud federal ha ascendido a la local de Desarrollo Económico.
Y para el último momento su anuncio espectacular: El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, como coordinador de Asuntos Internacionales, cargo que hasta hace unas horas tenía una de las ex esposas de Marcelo Ebrard… quien manejó el erario, como si fuera propio.
Un gabinete plural y, claro, también incluyente. ¿Acaso un gabinete como el de Benito Juárez que tantas veces fue mencionado por Andrés Manuel López Obrador en su reciente campaña presidencial?
Tal vez no por todas las figuras, pero sí por las dos reglas de oro: Lealtad y nadie que no fuese liberal, podía figurar en el gabinete juarista.
La muy noble y leal Ciudad de México es liberal. La más liberal del país.
Mancera también parece serlo.
Nueva y buena Administración la que inicia ahora.
Y es ahora, precisamente, que dejamos atrás el egocentrismo, la arrogancia y la soberbia que caracterizaron al anterior inquilino del Palacio del Ayuntamiento.
¡Enhorabuena!
Índice Flamígero: Va de broma: Que, de último momento y al igual que lo hiciera Felipe Calderón, Marcelo Ebrard quería enviar una iniciativa para cambiarle el nombre a la ciudad. Su deseo: que en adelante se llamara “Marcelona”. No le permitieron que siquiera lo plasmara en iniciativa. + + + Una colega muy respetada y muy querida, Rosa Icela Rodríguez, ocupará la Secretaría de Desarrollo Social del DF. + + + También reapareció, como asesor principalísimo del señor Mancera, el último delegado priísta en Cuauhtémoc, Guillermo Orozco Loreto.
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Leído en http://www.vanguardia.com.mx/decidamosjuntos-1433032-columna.html
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