R I C A R D O A L E M Á N
Itinerario político
Vandalismo legislativo
En una suerte de sabadazo legislativo –y al amparo de la temporada vacacional–, los violentos de la llamada izquierda mexicana reaparecieron en su modalidad de dipuados a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) institución en la que también vandalizaron. ¿Por qué?
Juzgue usted. Porque resulta que por la vía del llamado "vandalismo legislativo" –mayoriteo idéntico al empleado durante décadas por el viejo PRI y que, curiosamente, siempre fue criticado por la izquierda–, diputados pertenecientes a la dupla de la "honestidad valiente", Bejarano-Padierna y algunos adictos al no menos preclaro partido Morena –en formación–, decidieron que la mejor forma de otorgar impunidad a sus brazos de choque –los vándalos del 1 de diciembre– era la empleada por las dictaduras bananeras o los virreyzuelos de pacotilla. Es decir, cambiar la ley a contentillo y por consigna; hacerla a modo, pues.
Y de esa manera –gracias al censurable vandalismo legislativo–, los feroces críticos del mayoriteo priista, los que acusan con el índice flamígero sobre los peligros del regreso del PRI autoritario y promotor de leyes a modo, y aquellos que por décadas acusaron al PRI de prohijar la impunidad, hoy utilizaron el vulgar mayoriterío para regalar a los ciudadanos una de las más acabadas estampas del autoritariosmo, la reforma legislativa a modo y, por si fuera poco, confirman que la llamada izquierda mexicana no solo solapa el crimen y la delincuencia, sino que regala salvoconductos legales de impunidad.
Por eso las interrogantes. ¿Qué otra definición que la de promotores de la impunidad y solapadores del crimen y la violencia, se les puede dar a los diputados del PRD en la ALDF? ¿De qué otro modo, que vandalismo legislativo, se puede calificar la actuación de un colegiado dominado por pillos como la pareja Bejarano y Padierna y por los violentos de Morena, que actúan no a favor de los ciudadanos sino por consigna para proteger a sus clientelas violentas y depredadoras?
¿Serán esos dizque legisladores de la capital del País los que juraron respetar y hacer valer la Constitución y sus leyes? ¿Serán esos dizque políticos de izquierda los que pregonan el sambenito de la vuelta del PRI autoritario y represor, cuando son los primeros autoritarios, torturadores de la ley, que con una represión imperdonable contra la legalidad actúan por consigna, contra el interés de los ciudadanos, para proteger a las pandillas de vándalos que lastimaron como nunca a las instituciones, a los ciudadanos y a la ciudad capital?
Lo cierto es que al amparo del "sabadazo" y del vandalismo legislativo, los capitalinos vivimos uno de los episodios más regresivos y nefastos de la historia legislativa nacional. ¿Por qué? Porque políticos que se dicen de izquierda se valen de los instrumentos y las libertades democráticas para vulnerar la democracia. El Estado en general, y el Estado democrático, en particular, se construyeron para garantizar la vida y los bienes de los ciudadanos.
En cambio, por consigna de grupo, legisladores del PRD cambiaron la ley a modo –el artículo 363 del Código del Distrito Federal–, para otorgar impunidad a sus leales, que vulneran al Estado democrático. Esa es la tragedia, que se cambió el Código Penal, para dejar en libertad a delincuentes mayores.
Sin embargo, no todo es negativo. Incluso se podría decir que los dizque diputados a la Asamblea Legislativa ameritan un aplauso. ¿Por qué? Porque la misma razón que el bárbaro salto regresivo a los tiempos del más rancio autoritarismo. Y es que al llegar a ese extremo, confirmaron que sus grupos de choque usan la violencia como instrumento contra la democracia. Y eso, tarde o temprano, lo pagarán en las urnas.
Pero además, ratifican que las denuncias que tienen en prisión a 14 vándalos, son impecables, que comprueban los delitos y la flagrancia plenos y que, por eso, los autores intelectuales del vandalismo debieron escaslar al nivel más alto, al vandalismo legislativo.
Gracias por todo eso, señores Bejarano, Padierna, López Obrador y demás mafias que solapan la barbarie, la impunidad y a delincuentes vulgares. Gracias, porque abonan a los argumentos para destruir a una izquierda que es la gran derrotada en los últimos 25 años.
Y gracias, porque al promover la impunidad de los vándalos del 1N, no solo ratifican que ustedes son los autores intelectuales de ese vandalismo, sino que, en efecto, son un peligro para México. Que no son confiables para recibir el voto ciudadano. Y por todo ello, gracias.
En el camino
Y mientras defienden delincuentes, los dizque diputados golpean a los que trabajan. Vienen más impuestos al DF. Sí, el vandalismo cuesta.
Leído en http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104
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