PARÍS.- Por las mañanas, la margen izquierda del Río Sena amanece como todo París al despertar. Los cafés comienzan a abrir, las panaderías a ofrecer croissant y los kioscos a despachar periódicos. Los mercados sufren su baño diario en espera del abasto de pescado y marisco en camino desde Rungis, en los suburbios de esta capital, el mercado más grande del mundo, desde donde diariamente se distribuyen millón y medio de toneladas de comida. Pero al correr el día, la Rive Gauche se coloca la casaca bohemia y artística que la ha marcado por más de 100 años.
La Rive Gauche no es sólo una referencia geográfica con el Río Sena. Para los puristas incluye todos los arrondissements (distritos municipales) que ahí se encuentran, como el VII donde está la Asamblea Nacional, la Tumba de Napoleón y la Torre Eiffel, o como el XIII, donde los chinos y los vietnamitas controlan el juego clandestino. Para el resto del mundo, podría argumentarse, esta denominación encuentra su imaginario colectivo en los distritos V —que es el más viejo de los 20 que rodean en círculos a esta capital—, el VI y el XIV.
Sobre ellos se ha escrito la historia intelectual de París, Francia y el mundo. El V, construido por los romanos —aún se pueden apreciar algunas de las ruinas del Imperio en el cruce de Saint Michel y Saint Germain de Prés—, es donde está La Sorbona, corazón de la Universidad de París. Ahí se encuentran el Senado, el Colegio de Francia y el Panteón Nacional, una acrópolis donde reposan, entre tantos héroes Marat, uno de los líderes más radicales de la Revolución Francesa, y Jean Léon Jaurès, una figura icónica de la izquierda. Ahí están las tumbas de Voltaire, Rousseau, Victor Hugo, Émile Zola y Jean Moulin, Monnet y Dumas.
Pero es en el distrito VI, enfrente del Louvre, donde los intelectuales de la Francia iluminada dejaron huellas que aún se palpan. En este distrito se encuentra el local de la imprenta de Balzac, y un precioso hotel de 120 habitaciones donde murió Oscar Wilde. En el café Les Deux Magots están marcadas las mesas que ocupaban Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, la de Ernest Hemingway y los recuerdos de otro cliente cotidiano, Albert Camus, el primer Nobel de Literatura nacido en África.
Junto a Les Deux Magots, sobre Saint Germain de Prés y frente a la Brasserie Lipp, donde François Mitterrand tomaba café todas las tardes en su terraza, está a unos pasos del Café de Flore, donde Apollinaire compartía mesa con Louis Aragon y André Breton. Otro cliente era Truman Capote, así como un diplomático británico que se convirtió en el más grande doble espía de todos los tiempos, Kim Philby.
Un asiduo a los dos era Picasso, quien tenía su estudio en el barrio XIV. De joven comía gratis en La Coupole —a cambio de trabajar en sus dibujos—, el restaurante en cuyo piso superior se filmó la extraordinaria escena erótica de María Schneider y Marlon Brando en “El Último Tango en París” y que en la Segunda Guerra Mundial fue el cuartel de la Gestapo. En el XIV vivían y trabajaban también Gauguin y Matisse, Chagall, Calder y Giacometti. En algún tiempo también lo hizo Diego Rivera –Octavio Paz también vivió la Rive Gauche-. Jean Cocteau y Henry Miller fueron vecinos de este distrito, así como Lenin y Trotsky en sus tiempos de exilio. Otro exiliado, Porfirio Díaz está enterrado en Montparnasse, también en ese distrito.
En una pequeña calle de Rive Gauche nació la editorial Gallimard —uno de sus fundadores fue André Gide—, y ahí se encuentra también La Procope, fundada en 1686, que lo hace el café más antiguo del mundo, que tuvo entre su clientela a Rosseau, Diderot, Voltaire y Condorcet, y Benjamín Franklin y Thomas Jefferson, que ahí bebieron inspiración de Robespierre y Danton. La Procope es hoy un restaurante decadente que huele a húmedo. Su menú no es memorable pero, al mismo tiempo es impensable no visitar ese pequeño local que suma tanta historia. Es un microcosmos de la Rive Gauche, que no es lo que fue, pero que lo que fue ha sido tan poderoso artística, intelectual y políticamente, que es existencialmente imposible no pisarla y sentirla.
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