viernes, 17 de mayo de 2013

Guerra política - Martín Moreno.

Arío revuelto, ganancia de impunidades.

Se va Benítez Treviño, pero se le cura la cruda a Andrés Granier.

Se muestra disimulo con el enriquecimiento de Romero Deschamps y se arremete contra César Nava. Se denuncia penalmente a Rosario Robles, aunque la atención se desvía hacia presuntos usos de aviones propiedad del narcotráfico por parte de panistas.

La política y sus fichas de cambio.

#LADYPROFECO. Cuatrocientos dieciséis mil tuits ciudadanos —no el Presidente de la República— despidieron al procurador del nepotismo, justo cuando arreciaba el escándalo de Granier, a quien no se le reprocha su debilidad etílica, sino su enriquecimiento enfermizo e irresponsabilidad financiera con Tabasco: una deuda por 23 mil millones de pesos durante su gobierno.

“Tengo 400 pares de zapatos, 300 trajes y mil camisas”, presume Granier entre los vapores del alcohol —según él—, causa de sus delirios personales. Que durante un año y tres meses pueda usar un par de zapatos diarios sin repetir o se ponga una camisa diferente durante tres años, enfurece, aunque luego el priista se desmienta. Pero lo que sí está certificado es el endeudamiento con cargo a las arcas tabasqueñas y la denuncia del PAN ante la PGR contra Granier y compañía por “presunta malversación de recursos de origen federal”.

¿Qué se hizo ante el escándalo Granier?



El gobierno se fue por la cómoda: es menos costoso para el PRI poner en la calle a Benítez Treviño por soberbio, que iniciar un proceso judicial contra Andrés Granier por corrupto. Es cuestión de valoraciones políticas, no de justicia imparcial. Es el contrapeso. El control de daños. Ya cuando se calme la tempestad se recompensará el sacrificio del ex procurador federal del Consumidor.

Tienen razón The New York Times, The Washington Post y Los Angeles Times: el caso de #LadyProfeco se volvió “una sensación” entre los usuarios de Twitter, y obligó al gobierno a despedir a Benítez Treviño. “El despido tiene como origen la prepotencia y el abuso de los servidores públicos en México… una vieja protesta de la sociedad civil que ve a sus políticos como símbolo de corrupción.” Así nos ve la poderosa y libre prensa americana. Y tiene razón.

A tuitazos corrieron a Benítez Treviño.

ROMERO Y NAVA. Ni a cuál irle. De los penthouse petrolizados en Miami, al apartamento empanizado de Polanco. De los Ferrari y Lamborghini a los contratos sospechosos. Aventemos más suciedad al ventilador. El enriquecimiento brutal y agraviante de la familia Romero Deschamps es cada vez más gravoso para el gobierno peñista. ¿Será que el líder del STPRM continúa siendo soporte político y financiero del PRI, pero al paso del tiempo Romero se convirtió en el emblema de la corrupción sexenal? Ya lo estamos viendo.

¿Mientras no se apruebe la reforma energética se mantendrá intocable a Romero Deschamps? Tal vez. El priato se mueve en torno a costos y beneficios políticos. Primero la reforma. Luego el jeque sindical.

En la Comisión Permanente, legisladores priistas frenaron una solicitud para investigar el enriquecimiento inexplicable de líderes sindicales. ¿No que no hay intocables?

Mientras Romero Deschamps sobrevive, César Nava anda en apuros: Pemex revive el caso de demanda contra el panista que, presuntamente, cuando era director jurídico de la empresa, favoreció de manera fraudulenta a Siemens.

“Hay un interés político... me quieren ensuciar…”, dice Nava. Pero, ¿tú le crees a César Nava? Si hasta ahora no ha explicado, a bien, de dónde salieron los millones con los que compró su departamentazo en Polanco. Tan revolcado el colorado priista como el pinto panista.

Es la guerra por debajo de la mesa del Pacto por México.

ROSARIO Y PANISTAS. Una secretaria de Estado —¿la próxima en salir del gabinete?—, como Granier, está demandada ante la PGR por peculado, uso indebido de atribuciones y facultades y abuso de autoridad. Y como en política no hay coincidencias, hay que responder al fuego.

Trasciende que Miguel Ángel Yunes placeó a Josefina Vázquez Mota, en 2010, en un narcoavión de Francisco Pancho Colorado, hoy procesado por lavado de dinero en EU (Reporte Índigo, 16/V/2013). La menos culpable sería Vázquez Mota. Nadie pide las facturas para ver a quiénes pertenecen los aviones. Yunes responde: “Es una campaña de agravios, de desprestigio, sin ningún sustento”. Señala como autores intelectuales a Fidel Herrera y a otros en revancha por haber destapado el uso de programas sociales en beneficio de las redes electorales.

Es la guerra política.

Y en ella, no hay coincidencias.

Fuente: Excelsior

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