viernes, 31 de mayo de 2013

Rafael Loret de Mola - El arma Videgaray

El doctor Luis VidEgaray Caso, secretario de Hacienda y uno de los más cercanos colaboradores del Presidente Peña Nieto -incluso, este columnista insistió en que el relevo del Estado de México debía resolverse a favor de éste, considerando sus excelentes intervenciones en la Cámara baja protegiendo los intereses de los consumidores, o del alcalde de Ecatepec, Eruviel Ávila Villegas, cuya gestión en su municipio había sido exitosa amén de que en su carrera no conocía la derrota-, está ahora en plan de guerrero, listo a disputar cada palmo de sus derechos “presidenciables” sin detenerse a pensar que quien toma la vanguardia, tan temprano, difícilmente se lleva la victoria, mucho menos si deben atacarse fuertes resguardados con largas y gruesas murallas y columnas.

Juan Domingo Perón, uno de los dictadores de Argentina a quien se debe, entre otras cosas, la exaltación del matriarcado como esencia para prolongar mandatos d un lado y otro del lecho presidencial -ya van tres: Evita, Isabelita y Cristinita-, solía enfatizar, con soberbia increíble, que en política siempre es mejor colocarse en la segunda fila:



--A los que están en la primera, demasiado pronto, siempre los crucifican.

Los hechos le dan la razón en más de una de las historias que conocemos en sendas riberas de océanos y mares o tierra adentro, por todo el mundo, en donde guerrear por los cargos públicos es tan violento como lo ha sido la beligerancia contra las hordas criminales, mejor pertrechadas gracias a que han podido infiltrar a la estructura gobernante. Hablamos, claro, de México y su penosa dependencia, en esta área y otras, de su vecino del norte. A los estadounidenses, ya lo hemos subrayado, les conviene sobremanera que seamos declarado “estado fallido” para extender sus condiciones hasta las últimas consecuencias; y, por otra parte, por allí se acerca la guardia real de la infecta monarquía española lista a realizar labores de reconquista sobre nuestro suelo a favor de los consorcios hispanos.

De allí nuestro interés en denunciar, como lo he venido haciendo, el tremendo hecho de que, en materia editorial, las empresas mexicanas han sido casi desplazadas de su propio mercado a favor de recibir las sobras de volúmenes de allá desdeñando a los autores nacionales. Esto es, en sí, una grave afrenta no sólo contra el derecho de todos a preservar nuestros espacios sino incluso contra la libertad pues ésta se acota cuando se niegan a publicar obras críticas -como las de este autor- para publicitar a los autores que hasta escriben seseando, como algunos catalanes sobre todo, hasta hace muy poco desconocidos en México. Les invito, amables lectores, a pasar a cualquier librería para observar el fenómeno: Sólo los libros sobre narcos -con información oficial- y los de escritores de allende el mar llenan las góndolas y los anaqueles. Los demás estamos, hasta ahora, fuera; pero ya preparó una estrategia para contrarrestar el mal.

De todo esto, desde luego, no se ocupa la secretaría de Hacienda, interesada en negociar con las editoriales, a cambio de ofrecerles, vía la secretaría de Educación -en manos de Emilio Chuayfett quien deshonra el escritorio de Vasconcelos-, publicar millones de libros de texto gratuitos porque la Comisión destinada a ella sólo puede hacer frente ¡al diez por ciento de la demanda! El noventa por cierto restante sirve para negociar a costa de silenciar a los críticos quienes habíamos encontrado en este mercado una manera directa de ejercer nuestra vocación sin depender de los criterios comerciales de los directores generales y sus cotidianos tendenciosos en el ámbito nacional. Perdimos este bastión, sí, porque las compañías españolas, como los banqueros, se centraron en esta perspectiva considerando que una de las mejores maneras para invadir a un país y someterlo es la injerencia cultural hasta modificar la historia patria.

¿Recuerdan la frasecita de Cristina Fox cuando España ganó el campeonato mundial de futbol en 2010? La hija adoptiva del ex presidente alegó a través de las redes sociales:

--“Si no hubiera sido por el “pinche” Hidalgo, ¡también estaríamos festejando!”

Todo un dechado de sabiduría que ilustra la manera de pensar de quienes, de rodillas, fueron a buscar a Miramar a un emperador prestado, el enajenado barbado, con tal de aplastar al “indio” Juárez quien, con justa razón intentaba reponerse de los estragos de la guerra declarando una moratoria de pagos hasta resarcir al país de sus quebrantos. De ello derivaron las invasiones y las traiciones más señaladas de nuestra historia patria, siempre abanicadas por la derecha. Por ello no extraña el desprecio con que se trata al Padre de la Patria, lo mismo en la cinta financiada por el gobierno de calderón -minúscula-, en donde sólo falta exhibir al cura de Dolores como sacrílego al estilo del padre Amaro quien se excitaba pensando en hacer el amor con la Virgen misma.

Todo sea por el poder reflejo.

En estos trances, la postura de Videgaray es, cada vez, de más alto riesgo.

Escogió la ruta de enfrentar a los banqueros, primero, quienes solicitaron fijar intereses no demasiados bajos para inhibir el crédito de quienes más lo necesitan -pequeños y medianos empresarios-, y, después, optó por darles la razón privilegiando a los grandes consorcios. Y, casi de inmediato, comenzó su guerra personal contra Carlos Slim Helú en el terreno de las telecomunicaciones y la telefonía celular advirtiéndole su interés en abrir nuestro mercado a las compañías de fuera, sobre todo las españolas -otra vez, la misma piedra-, con tal de replegarlo y darle de mordiscos a su fortuna que ya pasó a un segundo lugar entre las mayores del mundo. ¡Ni este orgullo nos dejan, caramba, el de tener al más rico del planeta en una nación de pobres y asalariados con ingresos paupérrimos!

Las acciones de América Móvil, por supuesto, se fueron a la baja lo que produjo un desajuste en la economía de Slim que no le quitó un cabello de la barba. Más allá del juicio sobre este personaje rebosante de claroscuros-en lo personal estoy a favor de su tesis sobre una sociedad de bienestar que substituya a la de consumo que sólo se basa en la adquisición de bienes inútiles-, el hecho es que se golpea a los intereses nacionales a favor de los extranjeros en nuestro propio país. En ninguna otra parte del mundo se vería algo siquiera parecido a esta postura de la cúpula del poder en detrimento de los intereses globales bajo el pretexto de aumentar la competencia que significa sacar divisas del país so pretexto de bajar las altas tarifas -esto sí es verdad- que se pagan en México.

 ¿No hubiera sido mejor negociar con los inversionistas locales, entre ellos Slim, para evitar otro flanco de controversia con señalados beneficios a los foráneos?

Debate

Al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, le conviene, por supuesto, la pugna intensa entre televisoras y entre éstas, el grupo Carso -de Carlos Slim- y uno de los periódicos nacionales con mayor riqueza y origen en Monterrey, Norte-Reforma. Se alega que, desde este medio impreso, se atacó los intereses de quien se cree intocable, Ricardo Salinas Pliego, dueño además de Elektra, la tienda de raya del mundo moderno, y de Banco Azteca, la única institución de este tipo concedida a los mexicanos desde la irrupción de la derecha. Por supuesto, Salinas Pliego, quien logró “ganar” una subasta amañada por la televisora -con diez millones de dólares prestados por Raúl Salinas de Gortari, el hermano del mandatario federal en turno en esos días, sin ser él jamás investigado, como si lo fue Raúl, por “lavado de dinero”- logró la hazaña de convertir en institución de crédito su casa de cambio, dentro de una mueblería, destinada a cubrir la remesas de los llamados “indocumentados” mexicanos a cuyas familias, en vez de dinero, muchas veces les entregaban lavadoras, televisoras y otros enseres domésticos a pagar en doce o veinticuatro meses. Dos negocios redondos, aviesamente inmorales.

Desde luego, Norte-Reforma tiene lo suyo. Sin asiento alguno presiona y descalifica a quien requiere hacerlo para obtener pingues beneficiosos... como los terrenos en donde se erigió su monumental sede en el Distrito Federal, cedidos sin más por Manuel Camacho en el lapso del mismo salinato. ¿Y de esto nadie se encargará de investigar?

Todos los ricos y fortunas se generaron en ese lapso. ¿Es pura casualidad?¿Y por qué, tras tres sexenios, nadie se atreve a investigar los acuerdos soterrados?

rafloret@yahoo.com.mx

Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/el-arma-videgaray-1369986383

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