jueves, 18 de julio de 2013

Ciro Gómez Leyva - "Z-40", que se vayan los marinos, porque en Coahuila no hay mar

La Marina vivió ayer un día singularmente emotivo. Quizá el más desde que en diciembre de 2009, asesinos de los Beltrán Leyva ajusticiaron en Paraíso, Tabasco, a familiares del suboficial de las fuerzas especiales Melquisiadec Angulo, quien muriera en el enfrentamiento en Cuernavaca en que cayó el jefe de ese cartel.

Por supuesto que el sentimiento ayer era de victoria. Y de espíritu de cuerpo. Concluían tres años de tareas para capturar a Miguel Ángel Treviño Morales, el “Z-40”.




A mediados de 2010, como parte del programa “Blancos Especiales”, el presidente Calderón asignó a la Marina el caso del “Z-40”. Las unidades de inteligencia y operación de élite, con apoyo desde el principio de los servicios de inteligencia del gobierno de Estados Unidos, trabajaron especialmente dos zonas zetas y del Cartel del Noreste: la de Nuevo Laredo, que en un radio de 40 kilómetros toca Tamaulipas, Nuevo León (Anáhuac, donde caería el “Z-40”) y Coahuila (Hidalgo, Juárez); y la de Piedras Negras-Saltillo, con énfasis en la región de los cinco manantiales (Allende, Morelos, Nava, Villa Unión y Zaragoza) y Sabinas (donde en octubre abatieron a Heriberto Lazcano, “El Lazca”, el otro jerarca zeta).
Buena parte de esos tres años, el rastreo de “Zetas” se dio en contra de las policías locales. Alguien recordó ayer la trágica paradoja del exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira, quien en octubre, también, acusó al “Z-40” de mandar matar a su hijo José Eduardo.

La Marina no tiene nada que hacer aquí, dijo Moreira en el otoño de 2010, antes de dejar el gobierno para asumir la presidencia nacional del PRI: en Coahuila no hay mar.


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