El 16 de mayo de este año, Stratfor, empresa especializada en servicios de inteligencia y espionaje, publicó un reporte titulado “Entendiendo la estrategia dePeña Nieto con los cárteles” firmado por Scott Stewart. El vicepresidente de análisis de Stratfor comienza recordándonos que él ya había escrito un informe en junio de 2011 donde se mostraba escéptico de la posibilidad de que el PRI, si regresaba al poder, negociara con los cárteles del narcotráfico, tal y como se rumoraba entonces: “Mucho ha cambiado en México desde 2000, y la nueva realidad en México significa que sería imposible que la administración de Peña Nieto llegara a algún tipo de acuerdo con los carteles incluso si tratara”.
Stewart argumenta que, a pesar de la detención en abril de Inés Coronel Barreras, suegro del Chapo Guzmán, en un operativo conjunto de México y Estados Unidos, algunos estadunidenses siguen teniendo dudas de la manera en que el gobierno de Peña Nieto está tratando el tema de los cárteles del narcotráfico. El analista, que entrevistó a funcionarios en ambos lados de la frontera, afirma que no hay nada que temer: la postura mexicana no parece haber cambiado drásticamente como algunos temían: “Habrá algunos ajustes en ambos lados de la frontera mientras se llevan a cabo algunos cambios organizativos en México, pero esto no significa que la cooperación bilateral EU-México declinará en el largo plazo”.
El reporte de Stratfor menciona el interés de la administración de Peña Nieto de bajar los niveles de violencia en el país que afectan el desarrollo económico. De ahí el objetivo de “transformar el asunto de los cárteles en un problema de aplicación de la ley, algo que debe ser atendido por la secretaría de Gobernación y la Policía Federal, más que un problema de seguridad nacional que sea manejado por las Fuerzas Armadas mexicanas y el Cisen. En muchos sentidos, la administración de Peña Nieto quiere seguir el modelo del gobierno colombiano, que nunca ha podido parar el tráfico en su territorio pero que fue capaz de derrotar a los poderosos cárteles de Medellín y Cali y dejar que se tratara como un problema de aplicación de la ley las organizaciones que les sucedieron”.
El informe menciona los cambios que se han podido percibir entre las estrategias de Calderón y de Peña Nieto:
1. La actual administración cree que, si se logra atenuar la violencia relacionada con los cárteles, el gobierno podrá liberar recursos para combatir los delitos que más agravian a la sociedad mexicana (homicidios, secuestros y extorsión, por ejemplo).
2. A diferencia de su antecesor en la Presidencia, Peña Nieto le ha dejado el tema de los cárteles a su secretario de Gobernación. El actual Presidente no quiere involucrarse directamente en el problema de la lucha contra los cárteles. Por tanto, le ha bajado el perfil a este tema para él concentrarse en otros asuntos importantes para el país como la reforma educativa, financiera y energética.
3. El nuevo gobierno quiere entrarle al tema de la violencia de los cárteles con una visión más “holística que recuerda una política de contrainsurgencia”. Piensa que no se trata de aplicar sólo la fuerza sino de resolver los problemas económicos, culturales y sociológicos relacionados con las raíces de la violencia de los cárteles del narcotráfico.
4. La administración de Peña pretende hacer operativos de fuerza menos aleatorios que en la época de Calderón. La idea es enfocarse en “desmantelar las redes que contratan y proveen a los pistoleros, no sólo los propios pistoleros, lo cual requiere la utilización de todas las herramientas del portafolio de combate a los narcóticos, no sólo la fuerza sino la inteligencia, la acción financiera (socavar las finanzas de los cárteles), salud pública, construcción de instituciones y esfuerzos de anticorrupción”.
5. Se pretende la creación de una Gendarmería para reforzar las instituciones dedicadas a la aplicación de la ley. Si bien los militares pueden atacar a los pistoleros del crimen organizado, se requiere de fuerzas policíacas con la capacidad de investigar y perseguir “a ladrones de automóviles, extorsionadores, secuestradores y bandas callejeras”.
6. Finalmente, a diferencia del pasado, la cooperación con Estados Unidos, que creció de manera desmedida durante el sexenio pasado, se centralizará en una sola ventanilla dentro del gobierno de México en la secretaría de Gobernación.
Twitter: @leozuckermann
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