miércoles, 24 de julio de 2013

Raymundo Riva Palacio - El muerto que nunca muere

El 9 de diciembre de 2010, la violencia que La Familia Michoacana llevó a varias regiones del país vivía su microcosmos en Apatzingán. Una unidad de inteligencia de la Policía Federal detectó un convoy que salía de esa ciudad en la zona de Tierra Caliente en Michoacán, donde, presumían, iba el jefe del cártel,Nazario Moreno González. Mientras lo seguían pidieron refuerzos y al atardecer, ya en la sierra, comenzó el enfrentamiento. Soldados y marinos acudieron en apoyo, mientras que desde el Distrito Federal, a través de un puente aéreo de la Policía Federal se abastecía con pertrechos para esa batalla que duró casi 24 horas. Al día siguiente, el entonces vocero del gobierno, Alejandro Poiré, informó que Moreno González había muerto.




“Diversos elementos de información obtenidos durante el operativo coinciden en señalar que (…) cayó abatido Nazario Moreno González, también conocido como El Chayo o El Loco”, afirmó Poiré. Ni la Policía Federal, ni el Ejército, ni la Marina, confirmaron que, en efecto, el jefe de La Familia Michoacana había caído. Nunca se tuvo el cuerpo ni lograron evidencias que les permitieran asegurar su fallecimiento. El 27 de noviembre pasado, surgieron dudas sobre su muerte, cuando el Ejército encontró documentos en el rancho “Los Caballos”, cerca de Apatzingán, una de las propiedades de Los Caballeros Templarios -como se rebautizó La Familia Michoacana-, que sugerían que estaba vivo.

La información actual de fuentes del más alto nivel es que Moreno González no murió y está al frente de Los Caballeros Templarios. Los primeros indicios sólidos surgieron en Michoacán hace menos de dos meses, cuando reportes de inteligencia revelaron que se había celebrado una reunión en Apatzingándonde Moreno González convocó a líderes políticos y empresariales de la región para hablar con ellos. Nadie de quienes se presume acudieron, ha confirmado esa reunión. Sin embargo, una alta fuente del gobierno federal ratificó que quien había dicho Poiré que estaba muerto, está vivo.

Moreno González es el líder único de Los Caballeros Templarios, luego que desde su fundación en 2006 -en ese entonces como brazo armado de Los Zetas- compartió la jefatura de la organización con José de Jesús Méndez Vargas, apodado El Chango, quien fue capturado en un retén en Aguascalientes en junio de 2011. El liderazgo del cártel se le había acreditado a Servando Gómez Martínez, apodado La Tuta, quien regresó en 2011 a Michoacán después de haber huido en 2009, tras la tortura y ejecución -difundidos en YouTube- de 12 policías federales en La Huacana, un municipio vecino de Apatzingán, y a Enrique Plancarte, apodado El Tío, quien era el jefe de prensa oficioso del cártel, y en cuyo rancho se encontraron los documentos que insinuaban que El Loco estaba vivo.

El hecho de que Moreno González se encuentre vivo no es anecdótico ni serviría para demostrar laligereza con la que actuó Poiré en su momento. Que esté vivo le inyecta el grado de peligrosidad a Los Caballeros Templarios que se pensaba extinguido, al ser él quien en La Familia Michoacana trazó la guía ideológica del cártel y construyó un método de adoctrinamiento en cursos en escuelas de superación personal, donde inculcaban ideas y estrategias cognoscitivas para no sólo reclutar nuevos miembros, sino garantizar su lealtad y desempeño al servicio de una causa mayor. La forma como penetró a la sociedad michoacana le permitió al cártel construir una base social que le proporcionó una estructura de vigilancia, apoyos logísticos, seguridad y financiamiento. Los métodos eran similares a los que emplea laguerrilla, pero hasta ese momento no habían tenido vinculación orgánica con grupos armados, cuya motivación es ideológica.

En los últimos días 24 HORAS ha documentado la forma como Los Caballeros Templarios se extendieron a la zona de Tierra Caliente, en Guerrero, donde absorbieron una parte del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), desplazando no sólo a pobladores de las comunidades de la región, sino avanzando los primeros pasos hacia una narcoguerrilla. El proceso que se está viviendo en esa zona del país es muy peligroso. Moreno González fue capaz de dominar la mente de cientos de michoacanos a los que puso al servicio del cártel, con su mesianismo y totalitarismo. El Loco es un iluminado que, en la mezcla que han estado logrando Los Caballeros Templarios con la guerrilla, si en efecto vive, su potencial liderazgo llevará a la lucha contra el narcotráfico a una escala superior, al tener una implantación territorial en expansión nunca antes vista en México.



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