jueves, 22 de agosto de 2013

Leo Zuckermann - Peligra la agenda reformista de Peña Nieto

Al gobierno se le hizo bolas el engrudo. Tiene tantos fierros en la lumbre, que algunos comienzan a quemárseles.


Estamos viviendo una de las coyunturas más importantes de este sexenio. De lo que ocurra estos días depende siPeña Nieto sacará adelante o no su amplísima agenda reformista. Resulta muy preocupante que el gobierno esté dudando y cometiendo errores acerca de la reforma educativa que debería aprobarse durante el periodo extraordinario del Congreso que se está llevando a cabo estos días.
Recordemos que en febrero se promulgó una reforma a la Constitución para hacer obligatoria la evaluación de los maestros de México y que la carrera de los docentes dependa de ésta. Los detalles se dejaron para una legislación secundaria que, de acuerdo con la misma reforma, tendría que aprobarse estos días. Pues bien, el presidente Peña envió a la Cámara de Diputados tres iniciativas de leyes secundarias para cumplir con los nuevos preceptos constitucionales. De acuerdo con los expertos en la materia educativa, la más importante de todas las iniciativas, la pieza central de la reforma educativa, es la nueva Ley del Servicio Profesional Docente.





Ayer, sin embargo, nos enteramos de que los diputados no debatirían ni votarían esta ley durante el periodo extraordinario, tal y como se había prometido. En los medios de comunicación aparecieron dos versiones. La primera es que el gobierno priista había acordado con el PRD retirar esta legislación por un error en la elaboración del dictamen de la comisión encargada. De ser así, parecería una equivocación menor que podría enmendarse. Estaríamos frente a un leve tropezón en la operación política por parte del gobierno.
Lo preocupante es la segunda explicación que surgió en los medios: que el gobierno de Peña Nieto retiró esta ley de la agenda del periodo extraordinario por “un acuerdo de Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, con los dirigentes magisteriales”. En esta versión, los maestros de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) habrían doblado al gobierno con sus manifestaciones y la toma del Palacio Legislativo de San Lázaro.
Si es verdad esta explicación, sospecho que el gobierno habría reculado por miedo a que se juntaran las manifestaciones de los maestros disidentes con las que vendrán a partir del ocho de septiembre en contra de la reforma energética. Supongo que el gobierno habría pensado que era mejor desmovilizar a los maestros que dejárselos listos a López Obrador. Quizá. Pero el peligro de este escenario es que, número uno, la CNTE, en lugar de retirarse, se quede en la Ciudad de México más fortalecida que nunca, presionando por echar abajo toda la reforma educativa, más lo que se les ocurra. Número dos, está el “efecto demostración” que tendría la victoria de la CNTE. Los que se oponen a cualquier tipo de reforma en el país sabrían que este gobierno se echa para atrás cuando se siente amenazado en las calles con tomas violentas de edificios tan importantes como el Palacio Legislativo de San Lázaro.
Lo digo con reticencia, pero, de ser el caso de que los maestros doblaron al gobierno, podríamos estar frente a una especie de Atenco para Peña. Recordemos que el entonces presidente Fox se echó para atrás en su decisión de construir un nuevo aeropuerto capitalino después de que los habitantes de San Salvador Atenco salieron a protestar a las calles con sus machetes. Le tomaron la medida a Fox, quien se vio debilitado en su capacidad de operación política. Menciono esto con reservas porque todavía no sabemos si el gobierno efectivamente retirará la Ley de Servicio Profesional Docente de la agenda del periodo extraordinario y, de ser así, si se debió a la movilización de la CNTE.
De lo que estoy seguro es que al gobierno se le hizo bolas el engrudo. Tiene tantos fierros en la lumbre, que algunos comienzan a quemárseles. La agenda pública, como he dicho en este espacio, está sobresaturada. Peña Nietotiene en el aire muchas bolas en juego. Algunas se le están cayendo. Urge, en este sentido, que el gobierno defina sus prioridades legislativas para no seguir haciendo el ridículo con operaciones políticas deficientes. Recordemos que los priistas presumían que, a diferencia de los panistas, ellos sí sabían de operación política. Peña Nieto, en particular, prometió eficacia gubernamental. Me temo que ayer observamos todo lo contrario. Ojalá corrijan estos días y salga la Ley del Servicio Profesional Docente. El futuro de la agenda reformista de este gobierno depende de eso.
                Twitter: @leozuckermann


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