En un texto narcisista y paranoico, Luis Costa Bonino, supuesto estratega electoral de López Obrador en la campaña presidencial pasada, explica por qué perdió la izquierda el año pasado. Básicamente son dos razones. Una: porque AMLO despidió a Bonino. Dos: por la conspiración que existió para derrotar a la izquierda donde participó hasta el propio López Obrador.
En un texto en internet, de casi 17 mil palabras, Boninocuenta cómo el cineasta Luis Mandoki lo trajo a México a salvar una campaña que iba a la deriva. El estratega, sin dinero y sin mucho apoyo del candidato, logró reposicionar a AMLO quien, según él, llegó a estar a una distancia donde le podía ganar a Peña. Esto hizo que fuerzas oscuras conspiraran para involucrarlo en un escándalo que se conoció como “el charolazo”. Bonino yMandoki supuestamente le solicitaron seis millones de dólares a unos empresarios. Ante el escándalo, AMLOcorrió al estratega quien dice: “El objetivo del PRI […] era forzar mi salida de la campaña y dejar a su adversario sin estrategia. A partir del 1 de junio, la ausencia de estrategia en la campaña de López Obrador comenzó a quedar en evidencia. El crecimiento de su intención de voto se detuvo de manera abrupta, algunas encuestas registraban ya una caída. Aislado y fuera de la campaña, hostigado y amenazado […] decidí irme de México”. De esta forma,AMLO se quedó sin Bonino y sin estrategia, y por eso perdió.
Pero no sólo eso. El consultor da su interpretación de los que conspiraron para la derrota de AMLO. Primero están los “sospechosos de siempre” del discurso lopezobradorista:
1. El PRI tramposo que compró el voto: “Al final de la campaña, con la infinita cantidad de dinero que habían invertido para poner a Peña en la Presidencia, decidieron ir directamente a la compra masiva de votos. Más allá de los regalos y trueques que las tradiciones clientelistas del PRI acostumbraban a usar, se modernizó la compra de voluntades mediante la distribución de tarjetas de tiendas como Soriana, con crédito incorporado”.
2. Los encuestadores: “El segundo carril era el control de la opinión. Este carril suponía la acción de encuestadoras que dijeran, de manera invariable y tenaz, que no existía ningún tipo de cambio en el estado de la opinión pública mexicana, especialmente en la intención de voto a candidatos presidenciales, a lo largo de los meses. Las dos naves insignias de esta estrategia fueron el comboTelevisa-López Dóriga-Mitofsky-Roy Campos por un lado, y por el otro el combo Milenio-Ciro Gómez Leyva– GEA-ISA”.
3. “La manipulación descarada de los medios, en especial Televisa, Radio Fórmula, y los periódicos El Universal,Milenio y La Razón, alineados con la oligarquía mexicana”.
4. Y no podía faltar el IFE que “en esta campaña permitió y legitimó todo tipo de iniquidades” como haberle quitado aAMLO pauta de sus spots televisivos de “horarios premiumpasándolos a horarios de bajo rating”.
Hasta acá no hay sorpresa. Es la explicación de cajón del lopezobradorismo. Lo nuevo en el reporte de Bonino es la inclusión de los siguientes actores en el complot:
5. La supuesta encuestadora de AMLO: “Cuando faltaba ya poco tiempo para la elección, en ese mes de mayo donde pasaron tantas cosas, la encuestadora Covarrubias comenzó a pasarse para el lado de los adversarios”.
6. Un grupo, del cual no menciona nombres, dentro de la campaña de AMLO que quería que su candidato “perdiera la elección”.
7. Marcelo Ebrard, quien “se negó a participar en la campaña de AMLO cuando era importantísima su presencia. Participó en ella cuando no sólo no traía ningún voto, sino que los alejaba”.
8. Y, finalmente, aunque usted no lo crea, el propio López Obrador quien “tuvo el triunfo asegurado, pero el mismo día que tuvo la victoria electoral en sus manos, renunció a ella. Rompió, terminó, destruyó el equipo que lo había hecho posible. Le regaló la Presidencia de México a su adversario”. ¿Por qué? Según Bonino porque “es un luchador social, pero no político. Desconfía del poder, le teme, no quiere ser Presidente. Sólo le gustan las multitudes, los abrazos, los aplausos, los discursos. Es muy buen candidato, pero pésimo estratega. Es un conductor de masas, de multitudes. Su objetivo esencial es tratar de demostrar una superioridad moral absoluta en relación con todos los demás políticos de México. Esa pretensión de superioridad moral, para él es más importante que la Presidencia”.
Nota final: he buscado a Bonino para platicar con él en público pero me dicen que no da entrevistas.
Twitter: @leozuckermann
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