La movilización del miércoles en los alrededores de Los Pinos parecía bajo control, tendía a desinflarse. Pero antes de las cuatro de la tarde, los comisionados de la CNTE que salían de la residencia oficial se quejaron de haber sido recibidos por personajes de baja estofa. Ahí mismo se dio la orden de ir a cerrar el Periférico.
“La instrucción que dieron los dirigentes de la sección 22 fue afectar a los ciudadanos, afectar a la ciudad, y no lo podíamos permitir”, me dijo hacia las cuatro y media el secretario de Gobierno del DF, Héctor Serrano. No lo permitieron.
Las imágenes fueron conmovedoras. Otra vez, policías en desventaja numérica, simplemente resistiendo las agresiones. Policías disciplinados, bien entrenados. Las fuerzas se equilibraron en minutos y los policías tomaron el control. Las escenas se repitieron en otros dos puntos de esa zona de Polanco-Lomas.
La autoridad terminó imponiéndose a un costo de 17 policías lesionados, dos de gravedad. No hubo un solo maestro detenido, ni siquiera el que golpeaba criminalmente con un tubo.
Así son las cosas en estos tiempos. Frente a esa disparidad es inevitable simpatizar con el débil. Y el débil, sin duda ninguna, es el policía, el granadero. Creo que es momento de comenzar a repetirlo sin pena ni desdoro: los policías son las víctimas. Aun en situaciones como la de ayer, atacados por sorpresa, con violencia, no agredieron a nadie y consiguieron el objetivo de preservar el Periférico. Es decir, preservar a la inmensa mayoría de los ciudadanos.
Esto nada tiene que ver con el 68 o el 71. Esto es 2013.
Leído en http://www.vanguardia.com.mx/columnas-hayquedecirlosincobardialospoliciassonlasvictimas-1829602.html
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