-Antonio.
-Siéntese, señor Antonio.
-Gracias, licenciada.
-¿Trae su declaración de hechos?
-Aquí la tiene.
-A ver, déjeme ver... Uy, está mal escrita. ¿A qué se dedica?
-Soy escritor.
-Perfecto: si es escritor me va a entender mejor por qué escribió mal.
-Gracias.
-¿Qué le pasó?
-Lo escribí ahí.
-Sí, pero no supo hacerlo.
-Fui a Estados Unidos y me clonaron mi tarjeta.
-¿La clonaron mientras estaba ahí?
-No, me la clonaron después, yo ya había regresado a México. Tengo el pase de abordar para comprobarlo.
-No agregue documentos que sólo distraen. ¿La tarjeta siempre estuvo con usted?
-Sí, lo escribí en la declaración.
-Deje de decir lo que escribió. No supo hacerlo.
-De acuerdo, licenciada.
-¿Por qué viene conmigo?
-El banco me pidió que levantara un acta en el Ministerio Público.
-Pero los hechos ocurrieron en
el extranjero.
-Sí.
-Ahí debería levantar el acta.
-Pero vivo en México y todo sucedió cuando yo ya había regresado.
-Nosotros no tenemos jurisdicción internacional.
-¿Entonces qué hago?
-Tiene que escribir mejor.
-Ya me lo habían dicho.
-Lo ve, hay gente que quiere
ayudarlo. Yo, por ejemplo.
-¿Qué debo hacer?
-Por principio de cuentas debemos justificar que usted esté aquí. ¿Qué motivos tiene para verme?
-¡Me robaron casi cinco mil dólares, en una tienda que se llama PJ Wholesale que no conozco para nada!
-No se desespere, señor Antonio. Así no va a conseguir nada.
-Perdón, le pido que me comprenda.
-Eso trato de hacer, Antonio. ¿Puedo decirle Antonio?
-Sí.
-¿En qué delegación vives?
-En Coyoacán.
-Muy bien. Esta es la Delegación de Policía que te corresponde, pero el delito sucedió en Estados Unidos. ¿Adónde fuiste?
-A Nueva York.
-Uy, qué padre. ¿Te fue bien?
-Sí, hasta que me clonaron
la tarjeta.
-Pero entonces ya habías regresado.
-Sí.
-¿O sea que en Nueva York sí te fue bien?
-Sí.
-Tienes que ser preciso, Antonio. Todo se soluciona escribiendo bien. ¿Te enseño?
-Sí.
-Cuando una persona me dice que sí tres veces seguidas es que no me está entendiendo. ¿Me estás entendiendo?
-Sí, quiero decir: entiendo.
-Concéntrate y no vuelvas a decir que sí.
-Okey.
-Mira, para que tengamos jurisdicción sobre el caso es necesario que los hechos hayan sucedido aquí.
-¿Qué quiere que haga? ¡Me clonaron en Estados Unidos!
-¿Te clonaron a ti o a tu tarjeta? ¡Ah, que Antoñito éste! Tienes que expresarte con claridad.
-Lo sé, perdóneme.
-¿Me permites que te enseñe a escribir tu declaración de hechos?
-Por favor.
-¿Cómo supiste que te habían clonado la tarjeta?
-El banco me mandó un correo
electrónico.
-¿Dónde recibiste el correo?
-En mi computadora.
-¿Y dónde está tu computadora?
-En mi casa.
-¿Eres vecino de Coyoacán?
-Soy vecino de Coyoacán.
-¿Lo ves? ¡Los hechos ocurrieron en Coyoacán! ¡Ahí te enteraste de todo! Es lo que tienes que escribir. No hables de Estados Unidos, que no somos la Interpol.
-Lo entiendo, licenciada.
-Y de paso, Antoñito: a ver si mejoras tu letra. Se ve que venías muy tenso.
-Así escribo siempre.
-¡Tienes que relajarte! Si quieres te llevo a los separos para que veas a la gente que en verdad tiene problemas. Lo tuyo es mental. Todo es cuestión de que entiendas cuál es el lugar de los hechos.
-Mi casa.
-En efecto, no hay otro lugar de los hechos: todo pasó en tu casa. No hay nada como la verdad.
Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=197146
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.