miércoles, 9 de octubre de 2013

Raymundo Riva Palacio - Anarquistas: el nuevo reto

¿Qué tiene en común el Tea Party, la minoría legislativa en el Capitolio que influyó  en los políticos moderados para paralizar al gobierno de Barack Obama, con Milton Friedman, el Premio Nobel padre del monetarismo y de los Chicago Boys, que creó una corriente de pensamiento económico que influenció a Estados Unidos y el Reino Unido para abandonar el modelo keynesiano de la post-guerra, y Ralph Nader, el cruzado de los consumidores que concientizó a toda una generación los estadounidenses contra los abusos? ¿Y ellos con Gandhi y Zapata, Orwell y Camus, Kafka y Thoreau, Wilde, Chomsky y Bertrand Russell? ¿O con quienes se enfrentaron a granaderos y policías federales en las calles de Oaxaca en 2006 y en las de la ciudad de México en diciembre de 2012 y en las últimas tres semanas? Todos ellos son anarquistas.






En México, ante los recientes actos de violencia durante la larga protesta magisterial, autoridades, medios y ciudadanos los identificaron mayoritariamente como “vándalos”, cuya definición se refiere a la persona que actúa con “brutalidad, violencia y espíritu destructor”. Los califican así por participar susenfrentamientos con policías, sus ataques y destrozos a comercios, y acciones de disrupción permanente en contra de todo lo que significa el Estado. Esos “vándalos”, refutan las imputaciones.
“Somos vándalos por que no reprimimos nuestros impulsos destructores, más que necesarios para agrietar la maquinaria social”, expresaron en un manifiesto que se encuentra en internet, que firman como la Coordinadora de las Sombras. “Somos anarquistas en el sentido de que desconocemos a sus autoridades y ponemos nuestra confianza en las capacidades de las individualidades. Somos infiltradosporque nos colamos en los espacios donde podemos desenvolver nuestra práctica subversiva.
“No nos representa la CNTE, tampoco MORENA y su deschavetado líder, no nos representan los grandes congresos del movimiento social donde los oradores hablan de todos menos de la lucha real, no nos representa el 132, ni las tribunas de estudiantes amaestrados… No reconocemos representantes, no somos el partido que busca aglutinar el descontento bajo el manto de sus consignas… Somos hijos de las márgenes… Somos de los millones de las cifras escandalosas, somos de los llamados ninis… Somos datos duros en las cifras, somos nombres pequeños en la nota roja…”.
Al decir quiénes no son, revelan quiénes sí son: anarquistas, en el sentido de que no reconocen a ningún líder ni estructura institucional, pero no quiere decir que están al margen de las reglas, como lo expresó la primer persona que se identificó como tal, Pierre Joseph Proudhon en el Siglo XIX, quien pronunció las dos palabras que dan origen a su símbolo, una “A” en medio de la “O” dibujada como círculo: “Anarquía es orden”. ¿Qué tipo de orden buscan? Uno en el cual no exista el Estado, ni un gobierno porque no representa a la gente, sino que la gente se represente a sí misma. La eliminación del Estado como regulador de la sociedad es lo que vincula a personajes de la historia de izquierda y derecha, ilustrados y primitivos en su formación, pero que encontraron en esa cruzada, una razón de ser y existir.
Esa utopía une al pensamiento libertario de donde emana el anarquismo, de derecha e izquierda. Los anarquistas mexicanos se encuentran en la izquierda libertaria, donde conectan con algunos de los políticos a los que repudian en su manifiesto –el caso específico del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador-, y del anarcosindicalismo, en el cual figuran algunas regiones de la Sección 22de la CNTE en Oaxaca –de la que también se deslindan-. Quieren, según el planteamiento teórico, una sociedad que dependa en la participación del individuo únicamente, en un sistema de democracia directa, donde la gente hace sus propias leyes.
¿Es real la Coordinadora de las Sombras? Por los vasos comunicantes en sus páginas de internet y la conexión en las redes sociales, se puede argumentar que es parte de un movimiento con raíces yapoyos internacionales, que decidió enfrentar al Estado. Por lo que declaran las autoridades, eldiagnóstico y análisis de estos grupos que etiquetan como “vándalos”, tendría que corregirse. La Procuraduría del Distrito Federal pidió a la PGR compartir la información que tienen sobre ellos. Es un primer paso en la dirección correcta, sobretodo, porque las condiciones objetivas de abandono, marginación, y exclusión (disenfranchised) que denuncian, son reales.
“No nos dejaron soñar”, se quejan en su manifiesto. Siete millones de jóvenes sin opciones para trabajar o estudiar, enmarcan su descontento. No puede ser un canto de beligerancia que se ignore. Menos aún, cuando su postura anti sistémica coincide con otros intereses anti sistémicos, legales e ilegales, abiertos o clandestinos. Hay que tomarlos con seriedad y devolverles la ilusión perdida, o acostumbrarnos a que, como amenazan, de ahora en adelante “no nos dejarán dormir”. Lo mismo que otros, con objetivos distintos, también desean hoy en día en México.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx


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