lunes, 18 de noviembre de 2013

Raymundo Riva Palacio - Pretexto en la pelea

Luis Alberto Villarreal, el político guanajuatense que ha conducido a los diputados panistas entre las turbulencias en el Congreso, aliado del líder del PAN Gustavo Madero, fue acusado anónimamente la semana pasada de extorsión y corrupción, a través de un periódico éticamente laxo que sirvió para calentar aún más la caldera en la casa panista. En la cúpula del partido no hay duda que los ataques aVillarreal son parte de la disputa por la presidencia del PAN, y la redefinición de la relación con el gobierno en el Pacto por México.

Los golpes comenzaron el jueves, cuando el periódico Reforma publicó en primera plana que varios alcaldes se decían víctimas de extorsión de diputados federales a cambio de beneficios presupuestales. En el antepenúltimo párrafo citaba a un diputado federal panista, también sin identificarlo, que acusaba a Villarreal, el único mencionado por nombre en el texto. No tuvo impacto, por lo que el viernes, Reforma recicló la información con el nombre del coordinador parlamentario en su titular.




Una vez más, todos los acusadores no dieron la cara, pero el diario les dio cabida. El principio ético de que no se deben utilizar fuentes anónimas para acusar, denunciar o emitir juicios de valor, no fue utilizada, aunque en realidad Reforma no se mueve bajo esos parámetros. El problema de manejar esas informaciones bajo el anonimato, es que se suele manipular al medio. Por qué razón lo hizo el periódico, es un asunto de sus políticas editoriales. Pero hacia fuera, la lectura es que se volvió a usar un medio regiomontano en losajustes internos del partido.
Igual sucedió hace casi 11 meses, cuando en medio de otra pugna interna entre los dos bloques de Madero y el senador ErnestoCordero, surgió un escándalo en otro diario regiomontano, donde involucraban a Villarreal y a su hermano Ricardo, también diputado federal, en un escándalo de casinos, junto con el ex alcalde de León, Ricardo Sheffield, muy cercano al coordinador parlamentario y enemigo político del ex gobernador del estado, Juan Manuel Oliva, a quien hace un año desplazó Madero de las áreas de poder del PAN, y concluyó con su renuncia a la Secretaría General Adjunta. Hoy también busca la presidencia del partido.
Las acusaciones contra Villarreal generaron reacciones de diferente tipo. La más dura provino de un diputado del PRD, Fernando Zárate, operador financiero de Los Chuchos, Jesús Zambrano y Jesús Ortega –molestos con Madero por su apoyo a la Reforma Energética-, que controlan la presidencia y burocracia del partido, que exigió la renuncia del legislador. Las defensas más importantes provinieron de priistas. El coordinador en el Congreso, Manlio Fabio Beltrones, descartó actos de corrupción de Villarreal, a partir de su experiencia de trabajo con él, y del ex presidente de la Cámara, Francisco Arroyo, quien dijo: “Parece fuego amigo”.
Fuego amigo, que suele ser más letal que el del adversario, es la interpretación que se tiene en las altas esferas del PAN. Hay una fuerte lucha por la presidencia del partido, en donde los principales contendientes son Madero y Cordero, quienes han viajado por todo el país en busca de los apoyos políticos al ser esta la primera vez que el presidente será electo por todos los militantes durante la primavera. El cabildeo ha sido principalmente a nivel de presidentes municipales, el sector de donde partió la denuncia anónima en contra de Villarreal.
Otro contendiente con amplios contactos con las bases panistas es Oliva, y hace poco inició su campaña informal para ese cargo la ex candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, pero no despertó el entusiasmo que esperaba.
La presidencia del PAN va a definir no sólo el liderazgo y el control del partido, sino también qué línea política asumirá en adelante. El bloque en torno a Cordero quiere deshacerse de Madero, a quien acusan de “colaboracionista” con el gobierno del presidente EnriquePeña Nieto en el Pacto por México. Madero recibió en ese acuerdo una inyección de oxígeno político que le permitió enfrentar la fuerza de Cordero y le regaló el combustible para ser viable en la presidencia del PAN, y lograr la reelección. A cambio, el gobierno pudo avanzar en sus reformas estructurales.
Villarreal contribuyó desde el Congreso en su apuntalamiento y se convirtió en la alternativa para dirigir al partido en dado caso que Madero quedara en el camino o que optara por un camino político diferente. La sucesión en el PAN no ha dejado de alterar todos los procesos políticos, y una vez más Villarreal se convirtió, por el papel estratégico que juega, en el objetivo al que hay que destruir. Es uno de los brazos de Madero, que de perderlo, quedaría debilitado y vulnerable ante sus adversarios.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx


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