Óscar Hahn 1938 |
La muerte está sentada a los pies de mi cama
Mi cama está deshecha: sábanas en el suelo
y frazadas dispuestas a levantar el vuelo.
La muerte dice ahora que me va a hacer la cama.
Le suplico que no, que la deje deshecha.
Ella insiste y replica que esta noche es la fecha.
Se acomoda y agrega que esta noche me ama.
Le contesto que cómo voy a ponerle cuernos
a la vida. Contesta que me vaya al infierno.
La muerte está sentada a los pies de mi cama.
Esta muerte empeñosa se calentó conmigo
y quisiera dejarme más chupado que un higo.
Yo trato de espantarla con una enorme rama.
Ahora dice que quiere acostarse a mi lado
sólo para dormir, que no tenga cuidado.
Por respeto me callo que sé su mala fama.
La muerte está sentada a los pies de mi cama.
La muerte tiene un diente de oro
La muerte no tiene dientes: se ríe con la encía pelada.
Y cuando muere un rico, la muerte tiene un diente de oro.
Y cuando muere un pobre, no tiene ningún diente
o le crece un diente picado. ¿Cachai, ganso?
La muerte tiene la boca
llena de muelas tristes, de colmillos cariados,
llena de jugo gástrico en lugar de saliva.
Yo tuteo a la muerte.
"Hola, flaca, le digo. ¿Como estai?"
Porque todavía soy un diente de leche.
A mi bella enemiga
No seas vanidosa amor mío
porque para serte franco
tu belleza no es del otro mundo
Pero tampoco de éste
porque para serte franco
tu belleza no es del otro mundo
Pero tampoco de éste
Más en http://amediavoz.com/hahn.htm y
http://omni-bus.com/n30/hahn.html
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