domingo, 3 de noviembre de 2013

UN POEMA DE.

Óscar Hahn
1938

La muerte está sentada a los pies de mi cama

Mi cama está deshecha: sábanas en el suelo
y frazadas dispuestas a levantar el vuelo.
La muerte dice ahora que me va a hacer la cama.
Le suplico que no, que la deje deshecha.
Ella insiste y replica que esta noche es la fecha.
Se acomoda y agrega que esta noche me ama.
Le contesto que cómo voy a ponerle cuernos
a la vida. Contesta que me vaya al infierno.
La muerte está sentada a los pies de mi cama.
Esta muerte empeñosa se calentó conmigo
y quisiera dejarme más chupado que un higo.
Yo trato de espantarla con una enorme rama.
Ahora dice que quiere acostarse a mi lado
sólo para dormir, que no tenga cuidado.
Por respeto me callo que sé su mala fama.
La muerte está sentada a los pies de mi cama.


La muerte tiene un diente de oro

La muerte no tiene dientes: se ríe con la encía pelada.
Y cuando muere un rico, la muerte tiene un diente de oro.

Y cuando muere un pobre, no tiene ningún diente 
o le crece un diente picado. ¿Cachai, ganso?

La muerte tiene la boca 
llena de muelas tristes, de colmillos cariados,
llena de jugo gástrico en lugar de saliva. 
Yo tuteo a la muerte. 
"Hola, flaca, le digo. ¿Como estai?" 
Porque todavía soy un diente de leche.


A mi bella enemiga

No seas vanidosa amor mío 
porque para serte franco 
tu belleza no es del otro mundo 
Pero tampoco de éste







Más en http://amediavoz.com/hahn.htm  y
http://omni-bus.com/n30/hahn.html


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