sábado, 23 de noviembre de 2013

Yuriria Sierra - Drogas en la universidad

Cincuenta por ciento de los universitarios encuestados han tenido fácil acceso a algún tipo de droga.


Las oportunidades que los jóvenes tienen a su alcance, en un país bajo un clima de violencia y donde el marcado del narcomenudeo ha encontrado fácil acomodo, se han ido reduciendo. La primera Encuesta Nacional Universitaria, realizada por la Federación de Universidades e Instituciones Particulares de Educación Superior y la Asociación Nacional de Consejos de Participación Ciudadana, generaron cifras que deben convertirse ya, en focos rojos y motivo de la preparación de programas, no sólo de prevención, sino en estrategias que ayuden a los jóvenes a dar la espalda a este redituable negocio y de otros delitos, todos que vienen de la mano del narcotráfico.
La números quedaron así: 50% de los universitarios encuestados —de instituciones públicas y privadas— han tenido fácil acceso a algún tipo de droga. 77.62%, aceptó conocer a algún compañero consumidor. Las drogas más utilizadas son (además del alcohol, como lo manejó la encuesta): mariguana, cocaína, metanfetaminas y heroína.




El estudio, además de conocer la facilidad con la que las drogas llegan a los jóvenes universitarios, también analizó la percepción que ellos tienen con respecto a la seguridad en el país. Resultado que no fue mejor que los anteriores, pues siete de cada diez, dijeron haber sido víctimas de algún delito.
Los más recurrentes: robo en vía pública, extorsión, robo de auto o en casa habitación, clonación de tarjetas, amenazas y acoso, secuestro y hasta robo dentro de sus instituciones educativas.
A esto se le suma que más de 50% de las víctimas, no realizaron denuncia ante la autoridad por dos causas principales: falta de confianza y miedo.
No es asunto fácil. Si bien en nuestro país existen instituciones, tanto de salud como algunas otras dedicadas a los jóvenes, la realidad pide que los ojos que vigilen a los jóvenes vayan siendo cada vez más. Porque con la entrada de drogas a las universidades, no sólo preocupa el consumo, sino sus consecuencias: alumnos que optan por dejar los estudios son fácilmente enganchados al narcomenudeo.
En un país donde la educación es uno de sus varios puntos débiles —por deserción, por las condiciones de muchas escuelas de todos niveles, cuando hay “maestros” dejando sin clases a cientos de miles de alumnos con tal de manifestarse a modo por las calles del Distrito Federal— la importancia de la protección para que los jóvenes terminen sus estudios, deberían ser ya materia de programas sociales.
Addendum. Y no, no va Cuauhtémoc Cárdenas por la dirigencia nacional del PRD. Lo querían como una suerte de candidato de unidad o dedazo, para acabar pronto. Pero el ingeniero lo habrá pensado mejor (así habrá visto las pugnas al interior del partido), mejor les deja a los claros suspirantes la batalla.
Marcelo Ebrard sigue con el dedo puesto sobre la consulta abierta, pero de igual forma, por ahí anda también Carlos Navarrete Carlos Sotelo, buscando el despacho nacional del sol azteca. Cárdenas Solórzano se dedicará mejor a la otra batalla que también comparte con el PRD, la de la reforma energética.
¿Será entonces que así, el ex jefe de Gobierno tenga la gran oportunidad?


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